Tan solo faltan 10 días para que el evento que une a todos los fanáticos del fútbol comience, se trata del Mundial Qatar 2022. Personas de todo el mundo harían lo que fuera por, en estos momentos, estar en el Medio Oriente y prepararse para ver en vivo los juegos que se disputarán por la copa universal.

Hay quienes su pasión por el deporte del balompié traspasa fronteras, hasta el punto en el que sus peculiares historias toman el protagonismo al revelar lo que han hecho para asistir al país anfitrión.

Hace unos días, una familia argentina se viralizó en TikTok al mostrar que llenaron un galón de plástico con monedas para destinar ese dinero al evento deportivo y, ahora, entre las más recientes apariciones, un joven argentino se robó las miradas de los medios hispanos, pues aunque está en el país del mundial, confesó que duerme en las calles hasta que inicie el torneo, es decir, el próximo 20 de noviembre.

Canales deportivos, como TyC Sports, compartieron la historia de Lucas, un aficionado argentino que el pasado 7 de septiembre arribó a Qatar. Sin embargo, ya estando en el Estado soberano árabe se ha visto obligado a ser recursivo: descansando en las calles y tratando de ahorrar hasta más no poder.

“En un mes y medio hice 24 mil kilómetros, todo para ver a la Selección, a Leo (Messi) y a los jugadores de River. Un Mundial ‘low cost’ (de bajo costo)”, mencionó el joven en el citado medio argentino.

De hecho, es tan en serio el tema del bajo costo que Lucas agregó que se alimenta con comida que recibe de algunos restaurantes o puestos de preparaciones rápidas. En cuanto a la hidratación, bebe agua de las fuentes instaladas en el territorio medio oriental.

Pero eso no es todo, muchos pensarían que el latino tomó un vuelo directo o con pocas escalas para llegar a la sede mundialista de este año, pero en realidad no fue así.

“Primero paré en Perú y luego hice Madrid, Barcelona, París, Turquía y llegué acá el 7 de septiembre. El 1 de agosto ya estaba en Madrid. Me vine temprano porque yo no tenía tickets, perdí tres vuelos y así estamos”, reveló el argentino que esto ha sido toda una odisea para él.

De igual manera, Lucas se adjuntó al popular dicho “si aguanta lo más, ahora aguanta lo menos”, por lo que a pesar de que no ha sido fácil, continuará hasta cumplir su cometido: ver el mundial en vivo y en directo.

El joven detalló que llegó a Qatar con 1.000 euros. “Estuve tres días sin dormir porque me echaban. Pedí comida, hospedaje, acá hay fuentes de agua. Quiero aguantar hasta el final para ver si puedo conseguir un ticket para la final. Hay que hacer el esfuerzo porque la recompensa va a ser linda”, aseguró en TyC Sports.

En el mismo espacio, Lucas explicó que al llegar el anochecer duerme por un par de horas, luego va a los establecimientos comerciales o lugares de comida, que permanecen abiertos, para poder cargar su teléfono celular.

“Me voy moviendo para no llamarle la atención a la Policía. Levanto, descanso un poco, cargo el celular y salgo para otro lado”, dijo frente a las cámaras de televisión.

¿Cómo nació el impulso para vivir esta experiencia?

De acuerdo con la explicación de Lucas, tras tener una discusión con su novia decidió vender una camioneta antigua que su abuelo le había heredado. “La vendí, ya no me importaba nada. Arranqué en caliente porque decía: ‘no quería estar más acá’”.

Asimismo, el viaje mundialista también tiene que ver con una promesa que el joven le hizo a un amigo cercano: “Vine por todo lo que representa Scaloni, Leo y también yo tengo un amigo allá -Argentina- al que le hicieron una operación y con el que viajábamos siempre a la cancha e íbamos a ver al River. Tuvo un tumor en la cabeza y no podía. Entonces, le dije: ‘yo voy a hacer lo posible para conseguir la firma de Julián Álvarez’”.

Por último, a pesar de que el aficionado no sabe si podrá o no ver a la selección de Argentina en uno de los imponentes estadios que se construyeron para el Mundial, su experiencia ha sido llevadera. De hecho, relató que ha conocido a otras personas de otros territorios como Siria o Jordania.

Lucas tiene claro el objetivo de esta travesía: ver a la selección de su país y, por supuesto, conseguir el autógrafo de Julián Álvarez y la firma de Lionel Messi.