El baloncesto colombiano está de luto tras conocerse el fallecimiento de Álvaro Teherán, uno de los basquetbolistas más importantes de la historia de Colombia y quien formó parte de los 76ers de Filadelfia en la NBA. Teherán estaba desde el pasado mes de diciembre en una unidad de cuidados intensivos en un centro asistencial de Cartagena debido a una insuficiencia renal crónica, por la que estaba siendo sometido a diálisis día de por medio. Por recomendación de un amigo, Teherán inició una aventura a mediados de los 80 que derivaría en Houston, Estados Unidos. En un principio, la soledad y el cambio de cultura complicaron la estadía del bolivarense en territorio norteamericano. No obstante, el esfuerzo y el talento fueron la mejor carta de presentación para el jugador de 2,15 metros de estatura que de a poco supo ganarse un lugar en el mejor baloncesto del mundo.
Entre 1987 y 1991 jugó con las universidades de Houston Baptist y en Houston, respectivamente. En este último equipo consiguió una importante estadística al promediar 14,3 rebotes en 29 partidos, recordando el poderío rebotero del legendario Hakeem Olajuwon en este claustro. En 1991, y tras cuatro años de arduo esfuerzo en el baloncesto colegial, Teherán decidió presentarse para el draft de la NBA habiendo marcado unos buenos promedios de 11,2 puntos, 5,7 rebotes, 1,3 tapas, 0,6 robos y 0,6 asistencias por partido en su carrera en la NCAA (baloncesto universitario). Philadelphia 76ers lo escogió en la segunda ronda con la selección 17. A pesar de su selección en el draft de la NBA, se decantó por el club Caja de Ronda (Málaga) de la ABC española, alegando que tardaría 2 años en España para poder ser un jugador libre de contrato. Aunque Álvaro no pudo concretar el sueño, logró despertar en Colombia un sentimiento de amor propio por el baloncesto. Con 47 años, Teherán siguió haciendo lo que más le gustaba: jugar baloncesto. A esta edad fue el más veterano del baloncesto colombiano al formar parte de la nómina de Caribbean Heat de su querida Cartagena, ciudad en la que vivió gran parte de su vida.
Teherán deja un legado invaluable, al ser quien abrió la puerta para jugadores como Braian Angola y Juan Diego Tello, quienes también estuvieron muy cerca de cumplir el sueño de ser parte de la liga de baloncesto más importante del mundo. Angola, que con el Orlando Magic en pretemporada y jugó una campaña en la Liga de Desarrollo de la NBA (G-League) todavía está en búsqueda de llegar a la liga más grande y completar el legado que abrió el ‘Gigante de María La Baja‘.