La sombra de la salida de Lionel Messi del Paris Saint-Germain (PSG) ha desencadenado una serie de eventos desestabilizadores en el seno del club parisino, sacudiendo los cimientos de uno de los equipos más poderosos de Europa. En medio de crecientes tensiones y conflictos, dos de las luminarias del equipo, Kylian Mbappé y Neymar Jr., se encuentran al borde de abandonar el equipo.
El primero en protagonizar la contienda fue el prodigioso Kylian Mbappé, quien chocó frontalmente con el presidente del club, Nasser Al Khelaifi, debido a la negativa del jugador a extender su contrato más allá de 2024. Este choque de egos llevó a su marginación del grupo principal dirigido por el estratega Luis Enrique y su pase se encuentra ahora en manos del mejor postor en el mercado de transferencias.
Sin embargo, las tensiones no se han limitado únicamente al joven francés. Neymar, la estrella brasileña que alguna vez eclipsó al mundo con su traspaso de récord desde el Barcelona en 2017, está tambaleándose en el abismo de una posible salida. Informes de medios de renombre como L’Equipe, RMC Sports y Le Parisien sugieren que Neymar ha recibido una noticia igualmente desalentadora.
Luis Campos, director deportivo, y el entrenador principal, Luis Enrique, lo citaron para comunicarle que deberá buscar un nuevo destino futbolístico. La ausencia del delantero en el último entrenamiento y su omisión en el Media Day, donde se tomaron las fotos oficiales del equipo, han contribuido a la incertidumbre que envuelve su futuro.
Esta serie de acontecimientos ha dejado a todo el entorno del PSG sumido en una neblina de inquietud. Otros nombres relevantes en el equipo, como Marco Verratti, Juan Bernat, Hugo Ekitike, Leandro Paredes y Renato Sanches, también parecen estar en la cuerda floja, siendo considerados “indeseables” en el club.
En medio de la incertidumbre, surge una cuestión legal que podría complicar aún más la partida de Neymar. Según fuentes en Mundo Deportivo, cualquier traspaso deberá contar con el consentimiento del jugador debido a un contrato vigente hasta 2027, lo que estaría respaldado por un período de protección de dos años establecido por las normas de la Fifa.
Un intento unilateral de romper el contrato podría acarrear sanciones severas para el club, incluida la prohibición de inscribir nuevos jugadores en competencias nacionales e internacionales durante dos periodos de transferencias consecutivos, según indicó el mencionado medio catalán.
El brasileño está positivamente inclinado hacia la idea de volver al Barcelona, mientras que el PSG considera que esta es la mejor opción, por lo cual estarán dispuestos a mostrar flexibilidad en las negociaciones para garantizar el éxito de la operación. La propuesta para que el brasileño regrese a la capital catalana involucra un paso previo por un equipo en Arabia Saudita, seguido de su llegada al Barcelona en calidad de cedido durante esta temporada, según informó este jueves Sport.
En este momento, esta alternativa es la que más convence al jugador, si bien él y su equipo son conscientes de la complejidad de este proceso. A pesar de las dudas acerca de unirse a un equipo del país asiático, la perspectiva de regresar al Barcelona inclinaría la balanza a favor de esta estrategia. Por supuesto, todo esto vendría acompañado de una sustancial reducción salarial para la presente temporada.
Es de dominio público que las relaciones entre Qatar y Arabia Saudita no son amistosas, del mismo modo que ocurre entre el PSG y el Barcelona. A pesar de estas circunstancias, el equipo parisino reconoce que el período de Neymar en el Parque de los Príncipes ha llegado a su fin.