El Vaticano se manifestó este sábado “entristecido por algunas escenas” de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París, que supuso una “ofensa” para los cristianos debido a una secuencia que según algunas interpretaciones satirizaba la última cena de Jesús.
En un momento de la ceremonia del viernes de la semana pasada, un grupo de personas, incluidas varias drag queens, aparecía en una larga mesa que para muchos evocaba representaciones de la comida final que según los evangelios Jesús compartió con sus apóstoles antes de su crucifixión, algo que los conceptores del spectáculo niegan.
El Vaticano no citó partes concretas de la ceremonia, pero la polémica se ha centrado en ese segmento, llamado “Festividad”.
“La Santa Sede, entristecida por algunas escenas de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París, no puede sino unirse a las voces que se han alzado en los últimos días para deplorar la ofensa causada a muchos cristianos y creyentes de otras religiones”, indicó el Vaticano en un comunicado en español difundido por la página web Vatican News.
“En un acontecimiento prestigioso, en el que el mundo entero se une en torno a valores comunes, no debe haber alusiones que ridiculicen las convicciones religiosas de muchas personas”, afirmó, añadiendo que “la libertad de expresión, que evidentemente no se cuestiona, encuentra su límite en el respeto a los demás”.
Los organizadores aseguraron que pretendían representar una fiesta pagana dirigida por una de las divinidades griegas del Olimpo, Dionisio (o Baco), dios del vino y del teatro.
El director artístico del espectáculo, Thomas Jolly, indicó que su intención era “enviar un mensaje de amor, un mensaje de inclusión”.
Pero las explicaciones no mitigaron las críticas.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, perteneciente a un partido de raíz islámica, anunció esta semana su intención de llamar al papa Francisco para denunciar la “inmoralidad” de ese evento.
La escena fue criticada igualmente por el guía supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, y por el expresidente estadounidense Donald Trump, que la tachó de “vergonzosa”.
Debate
La controversia también abrió un debate más amplio sobre el papel del arte en la sociedad. Para muchos, el arte siempre ha sido un espejo de los tiempos, una herramienta para cuestionar y reflexionar sobre la realidad social y cultural.
En este sentido, la representación de La última cena con actores drag, para algunos, puede ser vista como un “reflejo de las luchas” y “logros de la comunidad LGBTQ+”. Sin embargo, independientemente de la intención de Leonardo da Vinci, es una pieza de arte icónica para los cristianos, quienes estallaron las redes sociales con su indignación.
‘La última cena’, de Leonardo da Vinci
La última cena es una de las obras más reconocidas y estudiadas de Leonardo da Vinci, uno de los grandes maestros del Renacimiento. Pintada entre 1495 y 1498, esta obra monumental se encuentra en el refectorio del convento de Santa Maria delle Grazie en Milán, Italia.
Encargada por Ludovico Sforza, el duque de Milán, La última cena representa la escena bíblica del último encuentro de Jesús con sus apóstoles antes de su crucifixión, conocido como la Última Cena de Cristo.
Con información de AFP