Pocos recuerdan que Caterine Ibargüen no inició su carrera en el salto triple, donde logró la gloria con dos medallas olímpicas, sino que lo hizo en el salto alto, modalidad en que logró el puesto 30 en su debut en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
La organización oficial de los Juegos Olímpicos ha recordado este episodio de la carrera de la colombiana y su camino a la grandeza con un emocionante video publicado en sus redes sociales.
“La triple saltadora colombiana Caterine Ibarguen nunca se rindió. Después de un comienzo difícil en su debut olímpico, Ibarguen cambió su estrategia sobre cómo ganar el oro. ¡Ahora, se dirige a # Tokyo2020 lista para defender su título olímpico femenino de triple salto!”, señaló la cuenta de Olympics.
Caterine cambió de disciplina e inició su camino en el salto triple, pero estuvo cerca de retirarse cuando no logró clasificarse a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 en esta nueva prueba.
Sin embargo, la deportista de Apartadó no se rindió y regresó a Londres 2012 cuando logró la medalla de plata. En los mundiales de 2013 inició su predominancia en el salto triple, logrando el título en el campeonato mundial de atletismo de Moscú.
En Rio 2016 llegó su consagración con la medalla de oro en el salto triple y logró otro campeonato del mundo más en Beijing 2015.
Este domingo, en el estadio Olímpico de Tokio, Caterine puso fin a su carrera olímpica siendo décima en las prueba del salto triple en la que tantas alegrías dio a Colombia.
Así fue su gran carrera
Comenzó su vida deportiva en Apartadó, Urabá antioqueño, donde nació en febrero de 1984. Primero en las competencias del colegio, donde, como suele contar, se sentía acomplejada por el tamaño de sus piernas y por ser más alta que sus compañeras. Allí el entrenador Wilder Zapata le puso el ojo y comenzó a entrenarla. Participó en carreras de 75, 100 y 200 metros, y en relevos. Le iba tan bien que llegó a representar a su departamento en los Juegos Intercolegiados, en los que ganó sus primeras medallas.
Hoy no solo reina sobre el salto triple, sino también sobre el salto largo. Toda una hazaña.
A sus 14 años, su mamá y su entrenador la mandaron a Medellín, decididos a convertirla en una atleta de alto rendimiento. Mauricio Mosquera, quien estuvo al frente de Indeportes Antioquia de 2013 a 2016 y conoció de cerca su proceso, cuenta que tenía tanto talento que el departamento decidió saltar una norma implícita y siendo menor de edad la aceptaron en la villa olímpica –donde les ofrecen alojamiento, alimentación, subsidios para sus familias y entrenamiento–. Y aunque al inicio extrañaba a su casa, a su abuela (con quien vivió mucho tiempo debido a la separación de sus padres) y a sus amigos, se acostumbró a la vida de atleta.
Allí entrenaba tres disciplinas en las que ya se había destacado en sus años de colegio: salto alto, salto largo y salto triple. Su entrenadora, la cubana Regla Sandino, le dio las primeras nociones para convertirse en una atleta profesional y le inculcó la disciplina que la caracteriza. Ella aún la recuerda con cariño y dice que era terca, irreverente y muy fuerte mentalmente: “Nunca se conformaba y siempre quería ganar”.
Tal vez por eso se frustró tanto cuando no pudo clasificar a los Juegos Olímpicos de Beijing, en 2008. Para ese momento se había especializado en salto alto y ya había roto la marca nacional. Además, había ganado el título en un campeonato sudamericano de atletismo, una medalla de oro en los Bolivarianos de 2001 y había participado en los juegos de Atenas 2004. Pero no pudo repetir su presencia en la máxima competencia deportiva cuatro años después. Le dio tan duro que pensó en retirarse del deporte.
El entrenador Ubaldo Duany, otro cubano que la conocía de tiempo atrás, le dio la oportunidad de replantear su vida. Le propuso irse con él a entrenar a Puerto Rico, donde además podía estudiar una carrera profesional. Pero le pidió enfocarse en salto triple, pues le veía mucho potencial en esa disciplina. Así lo hizo: comenzó a estudiar enfermería y a prepararse para esa especialidad.
En 2013 se graduó de enfermera y desde 2011 ha venido triunfando en su nueva prueba atlética: ese año ganó medalla de bronce en el campeonato mundial de atletismo y ganó oro en el campeonato sudamericano y en los Juegos Panamericanos de Guadalajara. Un año después consiguió una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres, y en 2013 fue campeona mundial, en Moscú.
Ahí vino su mejor racha: un invicto de 34 triunfos en la Liga Diamante que solo perdió en junio de 2016. Pero meses después volvió a lo más alto, y de qué forma: ganó la medalla de oro en los Olímpicos de Río de Janeiro, la presea más significativa para Colombia en la historia.