Mauricio Salazar es uno de los atletas amateur colombianos que ha logrado triunfar en las pruebas de resistencia más difíciles que existen en el mundo. En 2017 corrió el triatlón Ultraman en Florida, superando los 515 kilómetros del recorrido en un tiempo de 28 horas, con lo que se convirtió en el primer deportista del país en completar esa proeza.

Además Mauricio nadó la travesía de la Costa Brava en el Mediterráneo ese mismo año, atravesando 23 kilómetros entre fuertes corrientes en mar abierto y cruzando entre las islas Formigues y Medes. Le tomó casi 11 horas sin parar y entró en un exclusiva lista donde solo cerca de 50 personas han sobrepasado este reto.

Además, participó en la legendaria carrera ciclística de Glocknerman (Austria) en 2018, en la que debió pedalear 1.000 kilómetros y en la que había 17.000 metros de ascenso acumulado, la carrera con mayor escalada del mundo en esa categoría. Un recorrido que debe hacerse en una sola etapa, sin parar, y le tomó 54 horas.

Ahora Salazar busca seguir haciendo historia para el deporte amateur colombiano en su propio país. El atleta participará en el Reto Nevados Smart Fit en el que busca completar la triatlón a mayor altura que se ha hecho en la historia de estas competencias.

El Parque Nacional Natural de los Nevados será el escenario para la difícil aventura en la que Salazar deberá nadar una distancia de 750 metros en la laguna del Otún, ubicada a 4.000 metros sobre el nivel del mar, bajo una temperatura inferior a los -5 °C.

“Cuando uno llega a los 4.000 metros de altura es como entrar en un universo de cámara lenta, 100 metros parecen 10 kilómetros y un minuto parecen horas porque el cuerpo funciona a una intensidad muy baja. Si camina 50 metros se puede desmayar por el mal de altura”, confiesa el deportista de 41 años, que empezó a competir cuando tenía 35.

Luego deberá montarse en una bicicleta para hacer un recorrido de 20 km en el sector de Conejeras. Finalmente, finalizará con un recorrido de ascenso de 5,2 km corriendo, en el que deberá afrontar vientos de hasta 50 km/hora y rampas de hasta el 20 % para llegar a la cima del nevado Santa Isabel, que está cerca de los 5.000 metros sobre el nivel del mar.

La aventura de Mauricio será el próximo 3 de noviembre y en caso de poder completarla se convertirá el primer atleta de la historia en lograr un reto de esta dificultad bajo esta altura.

Más que un reto de velocidad será una prueba de resistencia física y mental, pues al competir sin un traje de neopreno se expone a sufrir de hipotermia por las bajas temperaturas.

“La hipotermia siempre está presente cuando estás a estas temperaturas y especialmente en el segmento de natación. La laguna ese día y a esa hora va a estar a unos 4 o 5 grados, va a ser en la madrugada y la hipotermia es uno de los grandes riesgos que tenemos que ir mitigando. Lo hemos mitigado con entrenamientos y lo mitigamos también con un protocolo de recuperación al salir del agua porque yo nado sin neopreno”, explicó Mauricio.

El reto acá no es llegar primero ni mucho menos como se les pide a los deportistas de élite, sino que el objetivo del deportista amateur es demostrar que las personas del común también pueden hacer historia.

“Lo primero es que yo no soy un deportista élite. Yo no soy Rigo, no soy Nairo ni mucho menos James. Y en un mundo lleno de ídolos, que por supuesto admiramos muchísimo, creo que reivindicar el valor de las personas comunes, reivindicar el poder de las personas comunes es muy valioso. Eso buscamos desde RenHacer y eso buscamos desde Reto Nevados”, señala Mauricio.

Sin embargo, para poder afrontar este reto Mauricio se ha debido alejar de su faceta profesional como empresario y realizar una preparación muy completa, de más de un año, y de esta manera conseguir la hazaña que no tiene precedentes para el ser humano.

La meta de Mauricio es completar el reto en una sola jornada para darle valor al récord que puede meterlo en el libro más importante de los récords, pero solo siendo una persona normal.