La Liga de Campeones vuelve a estar amenazada por el nuevo coronavirus: suspendido desde mediados de marzo y reprogramado para agosto en Portugal, el torneo más importante del fútbol europeo sigue de cerca la crisis sanitaria, aunque la UEFA dice que "no hay plan B", pese el reconfinamiento en Lisboa. “Esperamos que todo irá bien y que será posible organizar el torneo en Portugal. Por el momento, no hay ninguna razón para prever un plan B", indicó el martes a la AFP un portavoz de la UEFA. Una posición que confirmó este miércoles el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, para el torneo final de la Europa League, el segundo torneo continental, previsto en agosto en Alemania.
El primer ministro portugués Antonio Costa, que el martes se reunió por videoconferencia Ceferin, se mostró por su parte optimista: "Se están tomando todas las medidas para asegurar que albergaremos este torneo de manera sana y segura". Sin embargo, las disposiciones que entraron en vigor este miércoles no incitan al optimismo: los habitantes de 19 barrios de la periferia norte de Lisboa, donde persisten varios focos de contagio al COVID-19, se volvieron a confinar en sus domicilios. En total, unas 700.000 personas permanecerán aisladas al menos durante dos semanas. Con una media de 321 nuevas infecciones diarias, el número de nuevos casos registrados en Portugal ha aumentado una tercera parte en junio con respecto al mes de mayo. Los nuevos casos se concentran en la región de Lisboa, que debe acoger del 12 al 23 de agosto el torneo final de la Liga de Campeones.
Pese a todo, Costa insistió en llamar a la calma: el reconfinamiento de algunos barrios de la periferia norte de la capital "no tiene relación con el centro de Lisboa, donde se disputará la Liga de Campeones", explicó el dirigente en una entrevista al diario catalán la Vanguardia. "No es necesario fingir" "No es en Lisboa, sino en zonas vecinas", insistió. Pero entre los 19 barrios afectados por el nuevo confinamiento figura el de Santa Clara, vecino del de Lumiar, donde se encuentra el estadio del Sporting, uno de los dos recintos seleccionados por la UEFA. En todo caso, las declaraciones de Costa no han gustado a las localidades vecinas. "El primer ministro parece preocupado por la situación de la ciudad de Lisboa, sin duda por la Liga de Campeones. No es necesario fingir que el problema no existe, porque también existe en Lisboa", declaró a la AFP el adjunto al alcalde de Loures, Gonçalo Caroço. La crisis del COVID-19 ha obligado a la UEFA a idear un formato final de torneo totalmente inédito, con ocho equipos disputándose el título en partidos de eliminación directa, todos en una misma ciudad.
Esta ‘Final 8‘ debería comenzar el 12 de agosto con los cuartos de final y los partidos se repartirán entre el Estadio José Alvalade, donde juega el Sporting, y el Estadio da Luz, casa del Benfica. La final está programada el 23 de agosto en el recinto benfiquista. Cuatro equipos están ya clasificados para estos cuartos de final: el París SG, el RB Leipzig, el Atalanta de Bérgamo y el Atlético de Madrid. ¿Partidos a puerta cerrada? Antes de llegar a esta fase, deben resolverse las cuatro eliminatorias de los octavos de final que quedaron pendientes en marzo, que se jugarán el 7 y 8 de agosto. Falta por decidir si estos partidos se disputan en el estadio de los equipos que ejercen como locales o si se llevarán todos a Portugal (Lisboa, Oporto y Guimaraes). Si la UEFA tenía hace solo dos semanas la esperanza de poder recibir público en los estadios, esta posibilidad parece ahora improbable. “En lo que se refiere a la cuestión del público, ante la situación pandémica actual, evidentemente es no", declaró el lunes el secretario de Estado de Sanidad, Antonio Lacerda Sales. “No sabemos cómo va a evolucionar la pandemia y continuaremos tomando las medidas proporcionadas en función de esta evolución. No podemos predecir el futuro, pero en este momento está claro que no" habrá espectadores, añadió.