Luisa Blanco dio de que hablar en Colombia el pasado 10 de marzo, cuando recibió puntaje perfecto en la competencia de gimnasia de la temporada regular, en un torneo universitario en Estados Unidos, en el salto al potro.
Blanco nació en Los Ángeles, su carrera en la gimnasia artística empezó en Texas. Entrena en Alabama y Minnesota, pero se siente colombiana. Es hija del bogotano Nelson Blanco y de la boyacense Sandra Saavedra.
La joven de 22 años habló con la prensa colombiana antes de las justas a París 2024 y contó como vivió ese puntaje perfecto.
“Cuando era chiquita me enfocaba mucho en el puntaje y lo que significaba ese puntaje. Si me daban un 10, pensaba que me lo daban porque alguien más me lo decía, no porque yo lo pensaba. Por eso, ese momento fue de magia, fue de película, me sentí única en ese momento. Ni lo puedo describir. Creo que algunas veces pongo mucha presión. Se sintió increíble, fue algo que nunca voy a olvidar en mi vida.”, indicó Luisa.
En los Juegos Panamericanos, Blanco obtuvo el cupo por Colombia con un octavo puesto en la final individual femenina de all-around. Como las siete primeras clasificadas pertenecían a países que ya han cubierto el cupo, la única plaza que ponía en juego Santiago 2023 fue para ella.
Pidió la nacionalidad colombiana, porque se acerca el final de su carrera y no quiere tenerlo como deuda pendiente, aunque su vida se ha desarrollado en norteamérica.
“Desde que era chiquita siempre quise representar a mi familia, representar a mi mamá y mi papá que hicieron todos los esfuerzos del mundo para poder sacarme adelante y siempre les digo que aunque nací en los Estados Unidos, en la casa siempre fue “mi Colombia”. De las tradiciones a la comida, la música, la energía de mi gente. Ahora en mis 22 años de vida quiero terminar mi carrera de gimnasia con la mejor presentación y no quiero arrepentirme de nada. La idea de que tuve fue representar a Colombia en mi último año y con la ayuda de la Federación, me seleccionaron para representarlos en los Juegos Panamericanos y ahí gané mi cupo a los Juegos Olímpicos”, señaló la gimnasta.
Su primer contacto con Colombia, después de lo inculcado por sus padres en el hogar, fue con la Selección cafetera en Cúcuta.
“Las niñas desde el principio, desde que llegué a Cúcuta eran hermosas conmigo. La energía fue supertierna. Con la que tuve más conexión, que se ha vuelto yo creo, amiga de la vida es Daira Lamadrid. Es hermosa y apenas tiene 17 años, su madurez y su personalidad. No había tenido una hermana chiquita, pero creo que yo veo eso en ella. Tiene un corazón que alumbra cualquier cuarto y su gimnasia es hermosa. Va a llegar muy lejos”, dijo sobre la gimnasta adscrita a la Liga Nortesantandereana y una de las deportistas más destacadas del departamento.
Aunque, nació en Los Ángeles, California, donde emigraron sus padres en busca de una vida mejor, se fue a los 6 años a Frisco, una localidad de Texas donde se encuentra la World Olympic Gymnastics Academy (WOGA), una prestigiosa escuela que formó a campeonas olímpicas y del mundo como Nastia Liukin o Carly Patterson. Allí empezó su historia en este deporte.
Compartió concentración con Simone Biles, ganadora de 37 medallas entre Juegos Olímpicos y campeonatos mundiales
“Antes de representar a Colombia, tuve la oportunidad de representar a los Estados Unidos. Hace unos años mis entrenadores creyeron que era lo mejor para mí. Me enseñó mucho, pero nunca sentí que mi corazón estaba completamente con los Estados Unidos y tuve esa experiencia de competir con la mejor del mundo Simone Biles. Muchos dicen que la mejor que ha tocado este deporte y estar en el mismo cuarto con ella, me enseñó muchísimo. Me enseñó que no me puedo dejar intimidar y que todos estamos ahí por un propósito. Aprendes mucho de estar con las mejores. Creo que eso es muy importante. Este último año viví y es una de mis mejores amigas, la campeona de los Olímpicos 2020 en Tokio. También entrenar con ella, fue increíble, ella tiene una manera de trabajar que es única y la admiro muchísimo y también como les dije antes estar en el mismo entorno con alguien que ha logrado un sueño tan gigante, te ayuda”, destacó Luisa.
Por el amor que tiene por Colombia, quisiera que la gimnasia del país creciera y tras su retiro, trabajará por ello. No conoce muchos de los problemas deportivos que ha sufrido el país con los cambios de ministro, la falta de firma de convenios en 2024, el reconocimiento por medallas a deportistas de alto rendimiento o la pérdida de los Juegos Panamericanos.
“Ya se termina mi carrera, me encantaría todavía tener parte de este deporte y creo que lo más importante, empieza en la mente de estas niñas. Hay que enseñarles a ellas, que sí se puede, no importa si eres de Colombia, de los Estados Unidos en sí, lo que nos une es este deporte. Día a día empujarlas para que sean las mejores y lo den todo con el corazón. Eso es lo que me empuja a estar en la posición que estoy ahora. La gente no piensan mucho en la gimnasia de Colombia, pero es muy buena. Hay que darle más ánimo, apoyo para impulsarlas. Tenemos el nivel y el corazón”, dijo con sentimiento colombiano.
Clasificó a los Juegos Olímpicos como una gimnasia que hace todos los aparatos. Sin embargo, se siente más fuerte en viga, de hecho, fue campeona en viga de equilibrio en 2021.
“El aparato que se me da mejor es la viga. Siempre me sentí única. También creo que mi habilidad y mi talento se demuestra mucho. En la viga tengo el nivel de dificultad más alto y por eso es mi favorito”, reconoció.
Su calendario ciclístico no se detiene. Planea venir a su segunda casa, antes de enfrentar las justas olímpicas.
“Voy a terminar mi temporada de la Universidad, los campeonatos más grandes, de la región y también nacionalmente. Tomar un descanso. Entrar otra vez a mis entrenamientos, cambiar mis rutinas, poner un poco más de nivel de dificultad en los esquemas que voy a dar para los Juegos Olímpicos. Vendrá una competencia en Santa Marta en mayo”, cerró con los medios de comunicación.