El equipo de fútbol londinense Chelsea anunció este lunes que el proceso de venta al empresario estadounidense Todd Boehly y a su consorcio de inversores quedó cerrado, por lo que el club británico ya no es propiedad del millonario ruso Roman Abramovich.
“El consorcio dirigido por Tedd Boehyl, presidente y director general de Eldridge, y Clearlake Capital Groupe, anunció hoy que el traspaso de la propiedad del Chelsea Football club está concluido”, escribieron los blues, adquiridos por 5.000 millones de euros (hacia 5.390 millones de dólares).
El consorcio incluye asimismo al millonario suizo Hansjörg Wyss y a Mark Walter, un socio de negocios de Boehly, con el que comparte la propiedad del equipo de béisbol Los Ángeles Dodgers.
Esta operación récord por una entidad de deportes de equipo había recibido en los últimos días la luz verde de la Premier League, y sobre todo del Gobierno británico.
Este último se había mostrado muy meticuloso a la hora de aprobar la venta después de haber congelado los bienes del oligarca ruso en marzo, a raíz de sus presuntos vínculos con Vladimir Putin, que ordenó la invasión de Ucrania por tropas rusas.
“De conformidad con los términos del acuerdo, Boehly y Clearlake tendrán el control conjunto y un poder igual en el seno del club”, precisa el comunicado.
El empresario y el fondo de inversión se habían comprometido a invertir cerca de 2.000 millones de euros sobre el montante de la venta en las infraestructuras del club, especialmente para modernizar su estadio, el Stamford Bridge.
“Estamos honrados de convertirnos en los nuevos custodios del Chelsea Football Club. Estamos comprometidos a fondo (100 %), y para cada minuto de cada partido. Nuestra visión como propietarios es clara: queremos que los aficionados estén orgullosos”, afirmó Boehyl, citado en el comunicado.
Retos para la nueva administración
Los nuevos propietarios del Chelsea, el hombre de negocios estadounidense Todd Boehly y sus asociados, deberán hacer frente a varios desafíos para instalar una nueva dinámica y una importante confianza en el seno del club londinense, vigente campeón de Europa.
Una parte esencial de la futura inversión de los compradores debería estar consagrada a la reforma del estadio Stamford Bridge, para convertirlo en un lugar digno de la élite europea.
Roman Abramovich, antiguo dueño del club, había dejado de lado los planes de más de mil millones de libras esterlinas de reforma en 2018, después de un conflicto con el Gobierno británico por el visado del magnate.
Con 42.000 asientos, Stamford Bridge está muy detrás de sus rivales directos en la Premier League como Liverpool, los equipos de Mánchester, Arsenal y Tottenham.
El estadio de los spurs, costó mil millones de libras y desde que terminó su construcción en 2019, se ha convertido en un emplazamiento importante de la capital londinense, para la organización de eventos deportivos en disciplinas como boxeo, rugby o fútbol americano, además de conciertos y conferencias.
El éxito deportivo de Todd Boehly y su implicación en la renovación del estadio de béisbol de Los Ángeles Dodgers, del que es copropietario, dan a su oferta una cierta credibilidad.
En este sentido, la inversión prevista para la reforma del estadio habría sido un elemento clave de la presentación del consorcio al banco estadounidense Raine, que ha supervisado el proceso de venta. Un aumento de la capacidad está también previsto.
Finalmente, se espera que el éxito deportivo será el medio más rápido para que los nuevos propietarios se ganen el corazón de los aficionados. Algunos temen que para un mejor retorno de la inversión se pueda volver a lanzar la impopular Super Liga Europea, debido a los ingresos garantizados que esta aportaría.
*Con información de la AFP.