Las dudas que había dejado el seleccionado de Países Bajos en su desempeño de la primera fase del Mundial de Qatar 2022 rápidamente fueron disipadas este sábado 3 de diciembre en la primera llave de octavos de final, cuando se enfrentaron a los Estados Unidos y los pudieron vencer de manera contundente por 3-1 en el estadio Khalifa.
Aunque por momentos los norteamericanos tuvieron el dominio del balón, fueron los europeos los que mejor trato le dieron y, sin necesitar muchas opciones para marcar, en tres fueron certeros. Esto fue suficiente para su intención de meterse entre los ocho mejores del certamen orbital.
Tras la clasificación de la ‘naranja mecánica’, ahora espera por la otra llave que también se jugará este sábado, entre Argentina y Australia.
El duelo entre norteamericanos y neerlandeses, ambos invictos en la fase de grupos, era también una batalla táctica entre Gregg Berhalter, criado futbolísticamente en Países Bajos, y uno de los grandes maestros de ese fútbol, Louis van Gaal.
Ante la lesión de su delantero centro, Josh Sargent, Berhalter asumió el riesgo de alinear al colombo-estadounidense Jesús Ferreira, haciéndolo debutar en un Mundial en plenas eliminatorias a los 21 años.
El ariete del FC Dallas, nacido en Santa Marta, estuvo impreciso y sin carrocería para el choque con los tres centrales comandados por Virgil van Dijk y fue sustituido al descanso.
Van Gaal, que dará por concluida su tercera etapa al frente de la Oranje en Qatar, se mostró de nuevo inmune a las críticas por conservadurismo y cedió la pelota a su rival sin ningún complejo.
El veterano extécnico del Barcelona se llevó un buen susto con solo tres minutos cuando un rebote pasó por encima de la zaga neerlandesa en plena salida y cayó en los pies de Pulisic en el área.
El remate del delantero del Chelsea, sorprendido de verse sin oposición, fue desviado con el pie por el arquero Andries Noppert.
Con una presión alta y agresiva, Estados Unidos lograba ahogar la salida de balón de su rival, pero Países Bajos respondió al desafío con una obra de arte de su escuela futbolística.
Una jugada con hasta 20 pases seguidos derivó en una apertura a la banda derecha para Dumfries que mandó un centro raso a la llegada de Depay para que colocara el 1-0 con un fulminante disparo cruzado.
El gol del delantero del Barcelona fue un jarro de agua fría para Estados Unidos que, en una dinámica inimaginable en pasados Mundiales, siguió llevando la iniciativa del juego ante la Oranje, que esperaba agazapada a lanzar en velocidad a Depay y a su nueva sensación, Cody Gakpo.
Estados Unidos movía y movía el balón desde la banda izquierda a la derecha, donde el lateral Sergiño Dest tuvo su actuación más apagada del Mundial frente a su país de nacimiento.
Un disparo lejano de Tim Weah en el minuto 43 amagó con despertar a Estados Unidos, pero Países Bajos amplió su ventaja solo tres minutos después con otro pase de la muerte de Dumfries desde la línea de fondo para Blind.
Tras el descanso, Berhalter envió a su equipo al campo contrario y Haji Wright, uno de los delanteros que rescató del banquillo, colocó el 2-1 que devolvía la vida a Estados Unidos.
El ariete del Antalyaspor, que había fallado dos ocasiones antes, golpeó en semifallo un centro desde la derecha de Pulisic y la pelota despistó completamente al arquero.
Los norteamericanos se lanzaron en busca del empate, pero una vez más Países Bajos golpeó en el momento oportuno.
Dumfries, tras sus dos asistencias, se encargó él mismo de colocar el 3-1 aprovechando una falla en la marca que lo dejó rematar solo al segundo palo.