Con el fantasma de lo ocurrido en 2012 ante Corinthians, última vez que el representante de Conmebol salió campeón del Mundial de Clubes, Chelsea tenía la obligación de corroborar su favoritismo frente a un Palmeiras que tenía ganas de hacer historia luego del bicampeonato conseguido en las últimas dos ediciones de la Copa Libertadores.
“Perder en 2012 fue muy doloroso, es la única competición que el club no ha ganado nunca. Creo que ganarla por primera vez sería algo enorme”, había estimado hace unos días el internacional español César Azpilicueta, que vivió aquella derrota frente al Timao.
Las cosas parecían salirle al pie de la letra a Thomas Tuchel con el tanto de Romelu Lukaku a los 55, un tanto que llegó como consecuencia del dominio inglés en la posesión. El Verdao, por su parte, decidió poner línea de cinco en el fondo, confiando en ganar a la contra lo que individualmente no podía hacer ante los Blues.
La alegría de los aficionados londinenses inundaba el ambiente del estadio Mohammed Bin Zayed, pero la explosión llegó a los 64, cuando una mano de Thiago Silva en el área provocó la revisión del VAR. El árbitro consideró que había extensión del volúmen corporal y sancionó la pena máxima que Rony convirtió para el 1-1.
De ahí en adelante fue un monólogo de los ingleses que buscaban incesantemente la anotación de la victoria para evitar llegar hasta los penales. Cuando llegó el pitazo final todo siguió empatado y se tuvieron que ir a la prórroga, donde el estado físico del Chelsea se impuso ante un Palmeiras que aguantaba con todas sus fichas jugadas, incluido el ingreso del colombiano Eduard Atuesta.
El primer tiempo extra no tuvo muchos sobresaltos y parecía que el segundo tampoco, hasta que un remate dentro del área golpeó en la mano de Luan. El juez marcó penal luego de revisar el VAR y el alemán Kai Havertz convirtió con un fuerte remate a la mano derecha del arquero Weverton.
Tras la sanción del penal, Luan y Atuesta recibieron la tarjeta amarilla por protestar airadamente la decisión del juez central. Minutos más tarde, mientras la tristeza inundaba a la afición de Palmeiras, Luan se fue expulsado al ver la segunda tarjeta en menos de cinco minutos.
Poco pudo hacer el Verdao para evitar el título del Chelsea que se convierte en el tercer equipo inglés que suma el Mundial de Clubes a su vitrina de títulos, tras el Manchester United en 2008 y Liverpool en 2019. Además, consiguieron el único título que habían disputado en su historia y no habían podido ganar, otro logro más para la dirección de Tuchel que venía siendo criticado por los resultados recientes en la Premier League.
“Es un gran sentimiento para mí, un sueño cumplido. Entrar en la historia del Chelsea es un sentimiento muy grande para mí. Esto se lo dedico a todos los que me apoyaron, mi familia, mi novia, a todos”, dijo Havertz, autor del gol decisivo, que también había marcado en la final de la Champions ante Manchester City.
En la premiación, Dudu fue premiado con el balón de plata, mientras que el mejor jugador del campeonato fue el brasileño Thiago Silva, pese a haber cometido el penal que igualó la final en los primeros 90 minutos. Danilo, también de Palmeiras, recibió el balón de bronce.
Al cumplir su primer año como técnico de los ingleses, Tuchel consigue su tercer título luego de la Champions y la Supercopa de Europa. “Sí, soy parte de eso. Estoy feliz de sumar otro título, dijimos antes en el vestuario que era una gran oportunidad. Ahora todos están celosos de nosotros”, declaró el alemán al final del partido.