La derrota de la última fecha de la fase de grupos ante Japón encendió una ola de críticas para Luis Enrique y la selección de España de cara a la fase de octavos de final, a la que pasaron siendo segundos de su zona solo con los goles de diferencia como soporte sobre Alemania, que se tuvo que regresar a casa.
Las picantes ruedas de prensa del entrenador de la Roja acabaron diciendo que no renunciaría a su idea, más allá de los errores que pudieron cometer ante los nipones. La actitud desafiante de Luis Enrique hizo que se creara un ambiente de guerra prensa vs. entrenador, otro condimento más para enfrentar a Marruecos por un cupo en cuartos.
Fiel a su estilo, España salió con los mismos jugadores que golearon 7-0 a Costa Rica en el debut, pero esta vez con la dificultad de que ya habían quedado desnudadas sus deficiencias a la hora de romper defensas férreas como la que plantó Japón en los minutos finales del 2-1.
Marruecos, que solo sufrió un gol en contra en la fase de grupos, parecía tener la clave para colmar la paciencia de los españoles y así lo hicieron. Desde el primer minuto de juego las cosas quedaron claras: la Roja tendrá la posesión de la pelota y su rival apelaría por salir al contragolpe aprovechando la velocidad de sus delanteros.
España llegó a rozar el 80 % de posesión en la primera mitad, sin embargo, no lo pudo traducir en ocasiones claras de gol, mientras que Marruecos si cumplió su plan a la perfección, haciendo el partido lo más largo posible para que los ibéricos tuvieran que salir a la desesperada en busca del gol.
La charla técnica en el entretiempo no cambio mucho el trámite del juego. La selección española continuó siendo dueña de la pelota, pero sin contundencia de cara al arco de Bono, que apenas tuvo que aparecer en una ocasión para rechazar el tiro libre de Dani Olmo cerca del córner izquierdo.
Lo único diferente es que ahora Marruecos asumió menos riesgos y prefirió dejar correr el reloj, condicionado también por una defensa que se paró mejor. Luis Enrique envió al campo a Álvaro Morata y Nico Williams para intentar cambiar algo en ataque, sin embargo, se quedó con las ganas de ver ese equipo arrollador que solamente se ha visto una vez en lo que va de Qatar 2022.
En los últimos cinco minutos del tiempo regular fue el único momento en el que ambas selecciones se perdieron el respeto y pusieron en aprietos a las defensas rivales. En-Nesyri tuvo la de Marruecos y no se logró girar, dando pie a la respuesta de España que la tuvo en los pies de Williams, sin destino de puerta.
El resultado al final de los 90 minutos fue un 0-0, que provocó entonces la segunda serie que se va a la prórroga en esta edición, luego de que Japón y Croacia (1-1) tomaran el mismo camino. España gozó de las opciones más claras en los dos tiempos extras, aunque no logró romper el cerrojo de Bono y su defensa, viéndose obligado a ir a la definición desde el punto penal, instancia que en principio fue más celebrada por los africanos.
España falló sus tres primeros lanzamientos, con dos atajadas impresionates de Bono, y eso dio a Marruecos una ventaja que mantuvo hasta el final, para cerrar la tanda 3-0 con la clasificación en el bolsillo, a la espera del rival que saldrá del duelo entre Portugal y Suiza.
La Roja se despide en octavos por segunda ocasión consecutiva, después de lo que había pasado ante Rusia en 2018, otro fracaso que ahora pone en tela de juicio la continuidad del cuerpo técnico.