La tarde de este 29 de diciembre no está de más recordar la vez que Pelé se encontró por primera vez con Diego Armando Maradona. Fueron los dos más grandes del balompié mundial. Fueron, porque ya no están. Hoy el legado pertenece a Lionel Messi, junto con Cristiano Ronaldo, Zinedine Zidane, Ronaldinho, Figo, jugadores fuera de serie las últimas dos décadas... La lista puede ser interminable. Pero como ellos dos, ninguno.

El encuentro entre ambos astros se llevó a cabo el 9 de abril de 1979, en Río de Janeiro, donde vivía el rey ese entonces. El medio de comunicación argentino El Gráfico fue el único que cubrió el momento más esperado por los amantes del balompié, de hecho fue el que ayudó a gestionarlo luego de que Maradona, quien deslumbró no solo por su juego, sino por su personalidad, aunque más adelante cayó en los tan cuestionados excesos, afirmara: “Quiero conocer a Pelé”.

Maradona tenía apenas 18 años de edad, pero ya demostraba la magia en sus botines que tanto le celebró el mundo. Pelé, con 39 años de edad, ya ostentaba el placer de decir que se integró la selección de Brasil que ganó los títulos mundiales de 1958, 1962, 1970, los únicos tres que tenía hasta el momento.

Pelé tenía solo unos minutos para atenderlos, pero no fue motivo para que Maradona volara de Buenos Aires, luego de jugar un compromiso entre Argentinos Juniors y Huracán, directo a Río de Janeiro. El momento histórico tuvo sede en una lujosa casa en la avenida Atlántica 1782, cerca de las conocidas playas de Copacabana.

El rey, que murió a sus 82 años este jueves, lo recibió mientras tocaba guitarra. Maradona —cuenta El Gráfico—, apenas si podía hablarle sin balbucear: no era el jugador impetuoso que luego el planeta entero, incluso la FIFA, escuchó.

—Pero qué sacrificio haber viajado después de jugar el domingo para venir a verme. Te hubieras quedado allí, que no valía la pena —recopila El Gráfico que le dijo Pelé a Maradona.

—Por favor, qué va a ser un sacrificio, no, no. Hacía muchísimo tiempo que quería conocerlo. . . —respondió el Pelusa.

Pelé, sin embargo, luego de unos minutos se tuvo que ir. Según él, tenía acordado un encuentro con su abogado, dado que desconocía la visita de Maradona. A quienes esperaba era a los reporteros de El Gráfico. Eso sí, le dio la palabra de que él sería quien lo visitaría la próxima vez.

—Qué bien, Diego. Mira, Maradona no va a tener que venir más a Río a verlo a Pelé. Yo te prometo que si tu equipo Argentinos llega a las finales del campeonato en Buenos Aires, yo me voy a la Argentina a verte, ¿eh? Estaba preocupado ayer porque si venías no iba a poder atenderte como yo hubiera querido hacerlo. Ni siquiera tengo para darte un recuerdo. . . Pero espérame un momento que ya vuelvo. . . —dice El Gráfico que comentó El Rey.

Solo instantes después regresó con un reloj, para obsequiar a uno de los hermanos de Maradona, y una medalla, la de su partido despedida del Cosmos, club en el que militó durante tres temporadas.

La conversación terminó minutos después, cuando en efecto llegó el abogado de Pelé para la reunión que tenían acordada. Pelé, visiblemente apenado, afirmó a Maradona que no sería la primera vez que se vería, como en efecto ocurrió, con los desacuerdos que tanto dieron de qué hablar a la prensa durante años. Antes de irse, haciendo gala de su grandeza, le dejó un mensaje más:

—Bueno, Diego: que Dios te dé a vos toda la suerte que me dio a mí, que nunca tuve un golpe grande.