A lo largo de la Copa del Mundo de Qatar 2022 varias han sido las oportunidades en que el árbitro colombiano Nicolás Gallo ha hecho parte de las ternas como parte del VAR. La última de ellas fue durante este sábado 10 de diciembre en el importante duelo de cuartos de final entre Inglaterra y Francia, donde se definía entre las dos potencias el rival de la sorpresiva Marruecos en las semifinales de la cita orbital.

Como era de esperarse, el choque sería una completa lucha entre ambas por no quedar afuera, y desde allí habría que tener sumo cuidado con las faltas que aunque finas podrían cambiar el rumbo del juego. En vía de esto, la presencia del juez colombiano iba a ser vital para que la justicia imperara.

Al minuto 25 del primer tiempo se dio la primera oportunidad en la que el apoyo del VAR iba a ser clave, luego de que en una incursión al área de Harry Kane, este se pusiera por delante del defensa francés y para frenarlo no le quedara otra manera que hacerle una zancadilla. Lo que hizo que Gallo fuera mencionado es que el colombiano jamás llamó al central Wilton Sampaio y a un posible penal en favor de los ingleses no fue cobrado.

De inmediato, las reacciones a la posible falta y el seguimiento a cada determinación de la terna fue juzgada con lupa por la prensa que consideraba se había producido un error. Si bien la falta se dio afuera del área donde se podría pitar penal, el error puntual del no llamado por parte del colombiano al brasileño fue lo que lo puso en el ojo del huracán. Sin embargo, para fortuna de él y los suyos, en dos determinaciones posteriores del juego hubo una elección correcta de las decisiones.

Esta no fue la única vez en la que Gallo se vio inmerso en una polémica, pues durante el estreno de Bélgica y Canadá por el Grupo F también se evidenciaron algunas inconsistencias en las decisiones arbitrales, que tenían en la terna de jueces al colombiano Nicolás Gallo, como el asistente del ‘Video Assistant Referee’. En específico fueron tres situaciones en donde la herramienta intervino, sin embargo, solo en una, a consideración de los expertos, acertó en su dictamen final.

Apenas cuando se jugaban 8 minutos del primer tiempo, una tentativa mano de penal fue la que llamó la atención de la terna arbitral. De inmediato, el VAR llamó al central de la contienda y puso la repetición que mostró una mano abierta por parte de Ferreira Carrasco, lo que este dictaminó como pena máxima para los canadienses, quienes dilapidaron la opción ante una magistral atajada de Thibaut Courtois.

Sobre la intervención nuevamente de la terna que mantenía a un colombiano en sus filas, hubo que poner la lupa en otra acción de la parte inicial que no terminó determinándose como penal para los norteamericanos y que, sin duda alguna, está abierta al análisis exhaustivo porque con la repetición desde todos los ángulos, se ve claramente como errada marcación de fuera de lugar, sumado a penal no cobrado para los canadienses.

Para finalizar esa polémica actuación de Gallo y sus acompañantes en el duelo, que terminó siendo el primer triunfo de la competencia para Bélgica, hay que remontarse al remate del primer tiempo, donde un pisotón claro de Witsel sobre Richmond Laryea, tampoco fue razón suficiente para decretar pena máxima por parte del árbitro Janny Sikazwe.

En esta acción, en particular, pareció haber recaído la complicidad total sobre los encargados del VAR, ya que para la determinación de lo sucedido y si era o no acción para sentenciar falta, fueron ellos los que tomaron la decisión final sin tener en cuenta la consideración del juez central que al término del partido fue calificado con una actuación bastante “discreta”.