James Rodríguez tiene la oportunidad de definir la votación del plebiscito por la paz, y al hacerlo pasar a la historia no solo como un gran futbolista, sino también como un gran hombre. Pero para lograrlo solo le queda una semana, asegura John Carlin en una provocadora columna en el diario El País de España.El periodista británico, que está de paso por el país para la firma de la paz el lunes en Cartagena, no duda en calificar al 10 del Real Madrid como “el personaje más conocido y admirado de su país natal, Colombia”.Carlin es un veterano corresponsal trotamundos, ha cubierto diversos conflictos y es famoso por sus tiempos en Sudáfrica cuando cayó el Apartheid y Nelson Mandela llegó al poder. Es el autor, entre otros, de El Factor Humano, el libro que inspiró la película Invictus (protagonizada por Morgan Freeman y dirigida por Clint Eastwood). Y además de sus reportajes sobre política internacional, también escribe sobre deportes.En su columna semanal para El País, Carlin recuerda que casi nunca conocemos mayor cosa sobre las opiniones políticas de los futbolistas, y que seguramente en la mayoría de los casos se debe a intereses comerciales, pues ‘mojarse’ con determinada posición los puede hacer menos atractivos para vender camisetas o promocionar una marca, y que eso es entendible.“Otra cosa es que se quede callado un futbolista cuando lo que está en juego no es el resultado de una elección general más, sino el destino del país en el que nació”, argumenta. Esa es la situación en la que se encuentra el capitán de la selección Colombia.Se refiere, por supuesto, al plebiscito convocado para el 2 de octubre con el propósito de refrendar los acuerdos alcanzados en La Habana entre el Gobierno y las FARC. Si los colombianos se inclinan por el No, asegura Carlin, “cuatro años de negociaciones se irán a la basura y de vuelta a los asesinatos y los secuestros, al terror y a los enfrentamientos militares”.Al columnista británico le resulta increíble que el resultado del plebiscito esté en disputa, y lo atribuye a los seguidores del expresidente Álvaro Uribe, “que prefieren estancarse y embarrarse en el lodo de los rencores del pasado” a “abrazar la oportunidad única de un futuro en paz”. Al jefe del Centro Democrático lo considera “una versión de Donald Trump más cerebral, pero igual de vanidosa y embustera”.A esa altura señala que James también arrastra multitudes, y el poder de una manifestación suya por el Sí sería enorme, y probablemente decisiva. “Ha habido intentos de parte de las campañas por el Sí de reclutar a James para la causa. Hasta ahora no ha respondido”, asegura Carlin.El contraste es evidente con Nairo Quintana, el otro gran héroe deportivo nacional, quién sí se ‘mojó’ por la paz hace unas semanas durante la Vuelta a España, como recuerda la columna. “Que el mundo sepa que nuestro país es paz, deporte y amor”, dijo el ciclista boyacense al coronarse en Madrid.“No cabe ninguna duda de que si la estrella del Real Madrid sigue el ejemplo de Nairo el resultado del plebiscito dejará de estar en cuestión. El Sí arrasa”, asegura Carlin.Pero el tiempo apremia. “James tiene todavía una semana para hacer un gesto de más valor para su país que cualquier trofeo que gane, la Copa del Mundo incluida; tiene una semana para demostrar si le interesa más el dinero que el bien común colombiano, si es un cobarde o un valiente”.Por último, concluye que en un mundo ideal, el capitán de la selección Colombia marca un gol para su club en esta semana, “se quita la camiseta y revela ante el mundo otra debajo que pone: ‘Sí a la Paz’. Sería, con muchísima diferencia, el gol más importante de su vida”.Le puede interesar: De la paz de Lucho a la paz de Nairo