En medio de una polémica mundial por su hiperandrogenismo (un exceso de andrógenos u hormonas sexuales masculinas en la sangre de una mujer), Imane Khelif se prepara para el segundo combate en los cuartos de final del boxeo femenino en los Juegos Olímpicos.
Khelif, que viene de vencer en solo 46 segundos a Angela Carini, tendrá los ojos del mundo este 3 de agosto desde las 10:22 a. m. (hora de Colombia) cuando salga al cuadrilátero del North Paris Arena.
El encuentro se dará en medio de la polémica viva, pues la Asociación de Boxeo de Hungría dio a conocer que enviará cartas de protesta al Comité Olímpico Internacional (COI) y al Comité Olímpico de Hungría por la pelea de su boxeadora Anna Luca Hamori contra la argelina.
Ello, aunque la deportista Hamori sí contempla disputar su combate del sábado ante Khelif, de acuerdo con la agencia noticiosa estatal húngara MTI.
Además, la agencia recibió información de Lajos Berkó, miembro del consejo directivo de la asociación, sobre los planes y recabó que el organismo también investiga la posibilidad de emprender acciones legales por la participación de Khelif.
“Me entristece mucho que haya un escándalo y que tengamos que hablar de un tema que no es compatible con el deporte”, declaró Berkó. “Esto es inaceptable e indignante”, agregó.
La asociación de boxeo planea “expresar nuestra indignación y solicitar al COI que reconsidere su decisión, la cual permite ingresar al sistema de competencias del COI a una deportista que había sido sancionada previamente de los campeonatos mundiales (de la Asociación Internacional de Boxeo)”, añadió Berkó.
Khelif y otra púgil, la taiwanesa Lin Yu Ting, fueron descalificadas de los campeonatos mundiales de 2023 por la Asociación Internacional de Boxeo después de haber competido. La AIB determinó que las dos boxeadoras no pasaron “pruebas de elegibilidad de género” no especificadas (cada vez más cuestionadas), pero no presentaron documentación. Las dos peleadoras han participado en eventos de la AIB por varios años.
Al margen del enfrentamiento entre organizaciones, por el lado de las deportistas, pareciera no haber polémica. En el caso de Hamori, la primera boxeadora de Hungría en unos Juegos Olímpicos, no expresó ningún problema sobre subir al ring con Khelif inmediatamente después de avanzar a los cuartos de final del peso wélter (66 kg) al superar con claridad a la australiana Marissa Williamson Pohlman.
“No tengo miedo”, dijo Hamori. “No me importa la historia en la prensa ni redes sociales”, aclaró tajantemente.
Polémica mundial por Khelif
La primera rival de Khelif en París, la italiana Angela Carini, abandonó su pelea luego de 46 segundos. Su llanto después de retirarse del combate acaparó titulares a nivel internacional, tanto que recibió la visita de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
“Desde mi punto de vista esa no fue una competencia justa”, dijo Meloni el jueves en París, donde consoló a Carini al finalizar su combate.
Meloni se reunió el viernes con el presidente del COI, Thomas Bach, y ambos acordaron que el gobierno de Italia y el COI “permanecerán en contacto para evaluar cómo hacer frente al tema en el futuro”.
Lo cierto es que la boxeadora aclaró luego que su llanto se trató simplemente de su imposibilidad para continuar la pelea, no de un acto deliberado, un mensaje político, una incomodidad frente a su rival o un cuestionamiento sobre su género o identidad.
Khelif nació siendo mujer y así lo indica su pasaporte, el cual es el umbral de elegibilidad para boxeo del Comité Olímpico Internacional, y el punto de la argumentación del COI frente al cuestionado organismo rector de la disciplina.
Antes de esta semana, Khelif no era reconocida como una campeona dominante, un espécimen físico abrumador o siquiera una golpeadora particularmente imponente para su peso.
La argelina alcanzó la final de los campeonatos mundiales de 2023 antes de ser expulsada repentinamente por la AIB, la cual argumentó la presencia de altos niveles de testosterona en su sistema. Las circunstancias de esa eliminación han sido consideradas sumamente inusuales desde que ocurrió, y en su momento Khelif se refirió a la decisión como “una gran conspiración”.
*Con información de The Associated Press (AP).