Triste despedida de Brasil, que nos duele a los suramericanos y a los colombianos que hemos seguido a la canarinha en muchos momentos. De mi parte, recuerdo desde el año 82 en España cuando en Sarria, ganando 2 a 0, venció a Italia 3-2. En el 86, en México, cómo olvidar los penales contra Francia del famoso Sócrates y de Zico. En el 90, con el gol de Caniggia a pase de Maradona, se queda en el camino Brasil, pues lo saca la misma Argentina.
En el 94 tiene el título; en el 98 llegó a la final y Francia lo condena. En el 2002 hace una decorosa presentación y levanta el título con una nómina estelar. Para el 2006 se despidió en cuartos de final. En el 2010, en Sudáfrica vuelve y se despide sin avanzar a la semifinal. En 2014 fue vergonzosa la presentación con goleada por 7 a 1 de Alemania, y cuatro años después, en Rusia, se despide ante Bélgica en el 2-1.
Ahora, en Qatar, de una forma indecorosa, con falta de dignidad futbolística, con falta de equipo, dice adiós ante un equipo que sin tantos nombres le ha jugado muy bien, le ha hecho gol y los penaltis del triunfo.
¿En qué fallaron los flamantes favoritos? El ‘pero’ de Brasil se notó en los errores defensivos y ofensivos. Croacia, en cambio, tuvo una gran presentación con un comportamiento de equipo colectivo, agresivo y con una gran personalidad. Brasil se dejó dominar gran parte del partido y no tuvo la capacidad de mitad de cancha hacia atrás de quitarle la pelota a Croacia. El esférico lo manejaron los croatas a su gusto a través de los 90 minutos. En acciones esporádicas e individualidades, Brasil atacó, pero sin ninguna productividad. Se tuvo la suerte de hacer el gol de Neymar en un accionar individual que favoreció el resultado, pero no era el reflejo de lo que estaba pasando en el campo de juego.
Los de Zlatko Dalic fueron más equipo, con colectividad, más seguridad defensiva y más riesgo ofensivo en los momentos que lo quiso hacer. Es triste decirlo para el fútbol y sobre todo el suramericano, pero Brasil es un equipo descompensado totalmente y no tiene la capacidad de presionar, de eso no tiene idea. Croacia le sacó el balón jugando al piso y controlando el partido. Además, fue valiente y lo atacó.
Por lo tanto, fue un partido de pena para los de este lado del mundo que pudo haberlo ganado por una acción individual de su máxima figura que apareció en el tiempo extra y desapareció en los penales. Increíble que un jugador como Neymar no cobrara en primera instancia como lo hacen los grandes jugadores que van de primero, toman el balón y patean con personalidad.
En su lugar, el primer cobro fue para Rodrigo, un jugador de 22 años, novato. Era posible lo que pasó y lo botó. Ahí, y con el penal errado por Marquinhos, también se firmó la eliminación. De Brasil, el país de la samba, se puede decir que lo bailaron.
Por su parte, Argentina salió con un posicionamiento táctico que no había realizado nunca en la historia del fútbol, con un arquero, una línea de cinco relativa, tres volantes y dos delanteros, así enfrentó a Holanda.
Los albicelestes, sin mucho fútbol y con poco protagonismo de sus ídolos como Messi, con algo de profundidad, pero sin mucha claridad, lograron salir avante de los penaltis contra Países Bajos, con el mismo esquema que el rival, sin claridad de fútbol, sin mucha creatividad, sin construcción de juego, y empataron sorpresivamente en un tiro libre que llevó a los penaltis. Desde ese punto, Emiliano Martínez se lució.
No fue una jornada de apertura a los cuartos de final atractiva para el fútbol suramericano, fue una noche nefasta. Brasil y Neymar vergonzosos. Si yo soy el técnico de Neymar, lo saco. Es un hombre que no corrió, no aportó, no facilitó y perdió las pelotas más inocentes. Un onceno descompensado no puede ganar.
Argentina, mientras tanto, improvisando posicionamientos tácticos que no se dan. Tendríamos que repetir frases como las de Mourinho, que dice: “Quienes cambian de la noche a la mañana en posicionamientos fundamentales son unos engañadores y mentirosos”. Sin embargo, sigue adelante el equipo de Lionel Scaloni sin tanto fútbol, con Messi a la cabeza y buscando el título.
No será fácil el camino para la albiceleste, que enfrenta a un equipo complejo, difícil, muy táctico.
El mundial que llaman de Messi no está tan asegurado para el 10.