El presidente de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF), Ramón Jesurún, y su hijo Ramón Jamil Jesurún fueron arrestados tras la final de la Copa América que se disputó en Miami, Estados Unidos.
De acuerdo con medios locales, Jesurún ingresó a un centro de detención en horas de la madrugada de este lunes luego del caos que se registró en el Hard Rock Stadium previo al encuentro entre Colombia y Argentina.
“El hombre de 71 años fue ingresado en el Centro Correccional Turner Guilford Knight poco después de las 4:15 am del lunes, según los registros de la cárcel”, indican los medios locales sobre el presidente de la Federación.
Minutos después del ingreso a prisión del máximo dirigente, su hijo Ramon Jamil Jesurun, de 43 años, también fue arrestado.
De acuerdo con el informe oficial publicado por las autoridades, el presidente de la FCF, junto a su hijo, quedaron detenidos por “agresión a un oficial” y tendrán que pagar una “fianza de 2.000 dólares” cada uno, que en pesos colombianos son casi 8 millones.
El hijo de Ramón Jesurún es empresario y fundador de Fütness Worldwide, compañía dedicada al entrenamiento deportivo con sede en Estados Unidos. En Instagram, Ramón Jamil se describe como motivador y conferencista.
Video
Este lunes se difundió un video en el que los dos se ven envueltos en una pelea. En el audiovisual se ve claramente la gresca, mientras el dirigente está arrinconado contra una pared. Los niños quedan en medio del violento momento, que se ha viralizado en las redes sociales.
Aunque no se conocen los motivos de la pelea, todo estaría relacionado con los problemas que hubo para el ingreso de los hinchas al escenario deportivo y que retrasó el pitazo inicial por casi hora y media.
La logística dispuesta por la organización falló a raíz de varios hinchas colombianos y argentinos que intentaron colarse a la fuerza. El apoyo de las autoridades no fue suficiente para mantener el orden, lo que provocó que se cerraran las puertas con miles de personas todavía en la fila.
El resultado fue un caos total a las afueras, decenas de detenidos e incluso personas que quedaron heridas entre la multitud. Las imágenes fueron contundentes y dejaron al descubierto los problemas que Estados Unidos tendrá que corregir como anfitrión del próximo Mundial en conjunto con Canadá y México.
Incluso uno de los jugadores de Argentina tuvo que interceder para el ingreso de su familia. “Tuvo que salir Alexis (Mac Allister) para poder hacernos entrar porque estaba preocupado. Y no se podía seguir. Yo pensé que no se iba a jugar el partido porque los jugadores estaban pretendiendo resolver esto”, dijo a la prensa su madre, Silvina.