En medio de una ovación, Rafael Nadal se despidió del que pudo ser su último Roland Garros. Este lunes 27 de mayo, el español cayó contra Alexander Zverev en la cancha Philippe Chatrier y sentenció así su eliminación prematura del grand slam que conquistó en 14 oportunidades, más que nadie en la historia.
El alemán fue implacable durante todo el partido y sacó adelante la victoria en sets corridos con parciales de 6-3, 7-6 y 6-3.
Nadal trató de responder por momentos parado sobre su esfuerzo incansable y los golpes certeros con la zurda, sin embargo, Zverev fue mucho más fuerte en los momentos clave y no lo dejó regresar al partido.
Esta es la tercera vez que el zurdo cae eliminado en primera ronda de un grand slam, algo que durante carrera le pasó muy pocas veces y menos cuando se trataba de Roland Garros.
Luego de la derrota, Nadal se paró en la mitad de la cancha y le habló a la afición: “es difícil hablar para mí en este momento, no se si será mi última vez aquí, pero si lo es ha sido un placer para mí recibir todo el apoyo que tengo de esta pista”.
Las constantes lesiones han llevado al español a plantearse su retiro en diciembre de este año, pero todavía hay una pequeña esperanza de volver al polvo de ladrillo donde se hizo leyenda.
“Vengo de afrontar dos duros años de lesiones. Solo tengo que decir que no fue demasiado mi nivel. Para mi es difícil saber qué va a pasar en el futuro. Es probable que no vuelva aquí a Roland Garros, pero no es seguro. Mi cuerpo se siente mejor que hace dos meses. Igual en dos meses digo que es bastante, pero de momento no lo siento. Espero volver a esta pista dentro de dos meses para los Juegos Olímpicos y recibir todo este apoyo”, avisó.
Nadal estuvo acompañado de su esposa, su hija y varios seres queridos que se pusieron cita en la cancha central de Roland Garros. “Muchas gracias a la organización del torneo, mi familia, amigos, nunca imagine de pequeño conquistar todo lo que he conquistado aquí. Las sensaciones que me hacen sentir aquí son increíbles y muchas gracias por todo. No sé si es un adiós definitivo o no pero muchas gracias por todo”, agregó.
Con voz entrecortada y los ojos aguados, se despidió del público y entró al túnel de vestuarios, mientras Zverev, parado a un lado de la pista, aplaudía sin cesar lo que para él era “el momento de Rafa”.
Nadal estuvo casi todo 2023 sin competir. Este año, volvió en enero en Brisbane y se volvió a lesionar allí, lo que le tuvo ausente de las pistas hasta abril en Barcelona, donde cayó en la segunda ronda.
En Madrid llegó hasta octavos de final y en Roma volvió a perder en segunda ronda, siendo barrido de la pista además por el polaco Hubert Hurkacz.
Las dudas sobre su participación persistieron hasta la última semana, cuando los entrenamientos de Nadal en París parecieron convencerle de confirmar su participación en el torneo donde construyó su leyenda y donde tiene una estatua en una de las puertas de entrada al complejo.
A sus casi 38 años, este Roland Garros fue muy diferente para él. Llegó al torneo como 275º del mundo, después de dos temporadas en las que apenas jugó por las lesiones, y tras una trayectoria muy discreta, lo que le puso de entrada el cartel de víctima ante un Zverev que es cuarto del mundo y que venía de ganar el Masters 1000 de Roma.