Con el inicio del Tour de Francia el pasado viernes 28 de agosto, los seguidores del ciclismo han volcado toda su atención al desarollo de las etapas. La gran pregunta, que todavía no se responde, es quiénes serán los protagonistas de la vuelta. Entre los nombres más sonados están los de los colombianos Egan Bernal y Nairo Quintana. Junto a ellos, como posibles candidatos al ‘maillot‘ amarillo, están también Thibaud Pinot, Primoz Roglic, Mikel Landa y Tom Dumoulin. Una baraja bastante amplia que, ciertamente, aumenta el nivel de competencia y exige a tope a los pedalistas.

Sin embargo, la ausencia de dos caras llama la atención. ¿Dónde están Chris Froome y Geraint Thomas? Estos dos británicos no solo eran habituales favoritos de la carrera, sino que los dos han salido triunfadores en el Tour y visitantes recurrentes de los podios y las premiaciones. Sin embargo, este año sus planes quedaron trastocados y, mientras Egan Bernal defiende su título en Francia, ellos correrán la Tirreno-Adriático, una carrera por etapas en Italia que se llevará a cabo durante la segunda semana de septiembre.

¿Por qué los dejaron por fuera? La respuesta oficial fue tajante: días antes de que comenzara la competencia, el Ineos Grenadiers (IGD), equipo al que Thomas y Froome pertenecen (y donde también corren el actual campeón, Egan Bernal, y el ecuatoriano campeón del Giro de Italia, Richard Carapaz), anunció que Egan y Carapaz serían los únicos de sus ‘capos‘ en Francia; Thomas participaría después en el Giro de Italia, que comienza el 3 de octubre, y Froome en la Vuelta a España, que empieza el 20 de ese mes. La decisión tiene sentido: el Ineos dosificó su artillería y cada uno de los tres mejores ciclistas del equipo tendría espacio para concentrarse en una de las grandes vueltas. Así, además, se evitaría la rivalidad entre los pedalistas.  Sin embargo, esa estrategia tiene matices y responde a diferentes circunstancias particulares.  Froome: un ‘Dios‘ caído Nadie imaginaba que Chris Froome iba a dejar de participar en un Tour de Francia después de una de las campañas más exitosas en la historia del ciclismo. A los 35 años, participó en siete ‘tours‘ seguidos y ganó en cuatro ocasiones. Hace un año se decía que él era el mejor ciclista del mundo y que iba a lograr su quinto título en Francia, una marca que solo tienen cuatro ciclistas legendarios: Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Bernard Hinault y Miguel Induráin. Sin embargo, un accidente justo antes del Tour de 2019, en el Critérium del Dauphiné, lo sacó de las carreteras: se estrelló contra un muro a 60 km/h y en la caída tuvo varias fracturas.  “Chris tuvo un accidente horrible el año pasado y ha hecho un trabajo extraordinario para volver y ser competitivo al más alto nivel profesional”, le aseguró Dave Brailsford, jefe del Ineos, a BBC en una entrevista. Brailsford añadió que la decisión de que Froome corra la Vuelta a España tiene como razón "darle un poco más de tiempo" para que esté a tope. Sin embargo, dejar la carrera por dos años consecutivos significa que su aura de campeón comienza a derrumbarse. De hecho, se rumoraba que estaría listo para liderar el Ineos en la edición de este año, incluso por encima de Egan Bernal, pero su rendimiento en el Dauphiné fue clave para que el equipo viera que no tenía el nivel deseado. Froome terminó el Dauphiné a casi una hora y media del ganador, Daniel Felipe Martínez. 

La Vuelta a España, que debido a la pandemia por la covid-19 fue reprogramada para empezar el 20 de octubre, será la última de Froome con el Ineos. Su contrato finaliza este año y en la próxima temporada estará con el equipo Israel Start-Up Nation. La pregunta es: ¿será protagonista en la Vuelta? Si logra estar listo, podría conseguir su tercer título en esta competencia, igualando a Alberto Contador, y quedaría a un título del máximo ganador histórico, Roberto Heras. "No deja de ser nostálgico que sea una Vuelta a España la última carrera que correré con Ineos", dijo Froome durante una presentación de su equipo el miércoles pasado. "La primera vez que me di cuenta de que era un contendor de una ‘gran vuelta‘, fue en España". Un podio suyo en Madrid sería una manera épica de volver a las carreteras en una ‘gran vuelta‘ antes de irse de un equipo donde hasta los gregarios son campeones. Thomas: una temporada en cero Por su parte, en la historia de Geraint Thomas, de 34 años y campeón del Tour en 2018, no hay lesiones. Sin embargo, sí hay una temporada 2020 que todavía parece no haber comenzado. Antes de que todas las competencias quedaran suspendidas por el coronavirus, no alcanzó a participar en ninguna. Y, al igual que con Froome, cuando parecía evidente que formaría parte del equipo que defendería el título, junto a Egan, en Francia, su rendimiento en el Critérium del Dauphiné, en el que terminó en el puesto 37 a 53 minutos del ganador, lo dejó por fuera.  Al día siguiente publicó en sus redes sociales un mensaje en el que indicaba que iría al Giro de Italia para intentar conseguir la ‘maglia rosa‘.

Thomas es uno de los grandes ciclistas de la época. Fue el responsable de que Froome ganara varios de sus títulos en Francia y, además, es un excelente contrarrelojista. Fue campeón del Tour en 2018 y el año pasado fue segundo, solo superado por su compañero de equipo, Egan Bernal. Por su buen rendimiento en las etapas contrarreloj era considerado el ‘as bajo la manga‘ del Ineos y por eso el anuncio de que no correría el Tour causó, incluso, más sorpresa que el caso de Froome. "Su rendimiento en el Critérium fue mediocre, no malo –escribió el columnista Fred Dreier en "Velo News"–. El Ineos se va a arrepentir de haberlo dejado en casa".  Por otro lado, la experiencia de Thomas en el Giro es casi nula: la última vez que participó fue en 2017 y ese año se retiró después de la etapa 12 por un accidente masivo que ocurrió días antes y que le dejó varias heridas. El hecho de llevarlo a Italia también causó sorpresa, sobre todo porque deja de lado al ecuatoriano Richard Carapaz, campeón vigente, en la opción para defender su título. Cuando se enteró de la decisión de su equipo, Egan también reaccionó: "Va a ser un Tour extraño sin Froome y sin ‘G‘ –dijo– pero estoy ansioso por ver lo que puede hacer él en Italia. Es un Giro muy bueno para él, por esas tres etapas contrarreloj. Creo que puede ganar un buen tiempo ahí y tratar de defenderse bien en las grandes montañas.  Sin embargo, en el universo tan cambiante del ciclismo, nada es seguro. Y ahora, en la Tirreno-Adriático, tanto Froome como Thomas irán a defender su lugar de ‘capos‘ en las ‘grandes vueltas‘. Al igual que sucedió con el Tour, todo puede cambiar en un par de días.