El Atlético Nacional de Reinaldo Rueda cerró su 2016 de ensueño con una victoria, pero no la que el técnico había imaginado. No fue un triunfo con brillo, ni tampoco se dio en el partido que el equipo soñaba jugar, la final del Mundial de Clubes a la que no clasificó. Fue por penales, después de un empate a dos goles con el América de México en el partido por el tercer puesto. El juego de la consolación. Pero lo cierto es que el campeón de la Libertadores tiene sobrados motivos para sentirse orgulloso a pesar de su inesperado tropiezo en la semifinal del último torneo que jugó. Y el peso de Rueda en ese gran año es más que evidente.Cuando se habla de grandes entrenadores colombianos en la historia del fútbol nacional, siempre suenan los nombres de Gabriel Ochoa Uribe y Francisco Maturana. Algunos también mencionan el de Hernán Darío Gómez, que fue asistente técnico de ‘Pacho’ y heredó esa escuela del famoso ‘toque toque’ que le dio los primeros triunfos importantes a Colombia a nivel de clubes con la Copa Libertadores de Atlético Nacional en 1989, y de Selección con la clasificación a tres Mundiales consecutivos entre 1990 y 1998.La escuela de técnicos colombianos prosperó, y ya entrado el siglo XXI surgieron otros nombres, como Jorge Luis Pinto, Juan Carlos Osorio y Luis Fernando Suárez, pero entre ellos el más destacado es Rueda. El entrenador vallecaucano, de 59 años, ha triunfado a nivel de selecciones juveniles y mayores, y ahora puede decir que también lo hizo a nivel de clubes con el Nacional modelo 2016.Podría leer: Reinaldo Rueda se queda en Atlético NacionalSu historiaEl ‘profesor’ Rueda es licenciado en Educación Física y cursó un posgrado en la Escuela Superior de Deportes de Alemania. El vallecaucano todo se lo ha ganado a punta de trabajo y sudor en la frente. Muchos de los que han trabajado a su lado destacan su liderazgo y sobre todo su humildad, pues no es un hombre presumido. Por el contrario, su prudencia y su caballerosidad son de sus principales virtudes. Sus colaboradores destacan de él su capacidad de análisis y su facilidad para conformar equipos ganadores. Su estilo de juego es ofensivo y se basa en tener la posesión del balón, el juego asociado con toques rápidos y cambios de frente para explotar las bandas.Todo esto llevó al entrenador caleño a convertirse en un buen formador de futbolistas. Por eso dio sus primeros pasos en el fútbol juvenil. Dirigió a la selección sub-20 de Colombia entre 1992 y 1993 y logró clasificarse al Mundial disputado en Australia. Luego dirigió al recién ascendido Cortuluá durante cuatro años y en 1998 armó la base del Deportivo Cali que se coronó campeón del fútbol colombiano y fue finalista de la Copa Libertadores de 1999 bajo la dirección técnica de José ‘Cheché’ Hernández. Vale decir que de esa camada salieron jugadores como Mario Alberto Yepes, Gerardo Bedoya, Víctor Bonilla y Mayer Candelo.Consiguió su primer título con la selección sub-21 de Colombia que triunfó en el Torneo Esperanzas de Toulon en el año 2000, y en el Mundial Sub-20 disputado en los Emiratos Árabes Unidos en el 2003 logró la mejor participación histórica en esta categoría al ocupar el cuarto lugar. Sus buenos resultados con las selecciones juveniles lo llevaron a postularse como el reemplazo idóneo de ‘Pacho’ Maturana en el equipo de mayores.El ‘profe’ Rueda recibió el equipo en el 2004, con las eliminatorias arrancadas y un lastre enorme pues apenas sumaba un punto de 12 posibles. Revivió el equipo y luego de una campaña meritoria tuvo a Colombia peleando por un cupo al Mundial de Alemania 2006 hasta la última fecha. Al final no le alcanzó, lo que provocó su salida, pero su nombre no se vio empañado. De hecho, vivió su desquite fiel a la máxima de que nadie es profeta en su tierra, al clasificar a los dos siguientes mundiales con otras selecciones.Después de 28 años llevó a Honduras a un Mundial, el de Sudáfrica 2010, y clasificó con Ecuador a Brasil 2014. Pese a no haber logrado pasar de la primera fase en ambos torneos, su campaña fue loable y así lo reconocieron colegas y observadores.Su fábula con NacionalUna vez terminó su aventura con el equipo ecuatoriano, asumió en el 2015 la dirección técnica de Atlético Nacional y llegó con el firme propósito de conseguir la segunda Copa Libertadores para este equipo que desde hacía varios años dominaba en el ámbito local, bajo las órdenes de Juan Carlos Osorio, pero no había podido llevar esa racha ganadora a los torneos de la Conmebol. Y su rendimiento superó las expectativas.En apenas 18 meses, Rueda logró la estrella número 15 en su primer semestre al mando del equipo, con lo cual Nacional superó en el palmarés a Millonarios como máximo campeón histórico del fútbol colombiano; la ansiada segunda Copa Libertadores luego de derrotar a todos los rivales que enfrentó con números impresionantes; y pudo haber conseguido el doblete continental con la Copa Sudamericana de no ser por la tragedia aérea que cobró las vidas de casi todo el plantel del rival al que iban a enfrentar en la final, el Chapecoense de Brasil, al que la Conmebol le adjudicó el título luego de que el club verde de la montaña hizo esta petición para rendirles tributo a las víctimas, sus familiares y los hinchas del ‘Chapeco’. La admiración por los méritos deportivos se trasladó a una organización que en medio de la tragedia supo tener los mejores gestos en los momentos adecuados.Nacional, de la mano del vallecaucano, fue de lejos el mejor equipo del continente y tenía el legítimo anhelo de disputar con el encopetado Real Madrid el título del mejor del mundo. Ya había disputado la final de la antigua Copa Intercontinental hace 27 años ante el AC Milan en Tokio, cuando cayó por la mínima diferencia a falta de pocos segundos. “Los únicos históricos en el Atlético Nacional eran los del 89. A ellos queríamos llegar y ese era el objetivo de nuestro proyecto”, señaló Rueda antes de la semifinal en que cayeron ante el Kashima Antlers. El Mundial de Clubes se les atragantó a los verdolagas, pero eso no empaña sus méritos en Colombia y Suramérica. Pese a las amables declaraciones de Rueda, el equipo del 2016 también es histórico. Y él puede decir, en contravía de la frase que antes había caracterizado su carrera, que ahora sí es profeta en su tierra.