Un partido lleno de dramas y emociones fue el que se vivió este domingo en el estadio de Lusail en Qatar. Las selecciones de Francia y Argentina ofrecieron un espectáculo que para muchos ha sido como la mejor de las finales de todos los tiempos en las ediciones de los Mundiales. Los europeos remontaron el marcador en dos ocasiones; igualaron cuando el partido estaba 0-2 y luego cuando estaba 2-3.
Bajo este panorama, el duelo definitivo tuvo que definirse desde los doce pasos, donde la Argentina de Messi terminó imponiéndose por un marcador de 4-2. El golero Emiliano Martínez fue la gran figura al atajar dos de los cuatro cobros de los galos que fueron errados por Kingsley Coman y Aureélien Tchouaméni.
Ahora, un día después de la gran final del Mundial de Qatar, se conoció desde suelo europeo que Coman, futbolista que erró el primer penal, recibió un mar de insultos racistas por su cobro, generando indignación mundial.
El volante Aurélien Tchouaméni, cuyo lanzamiento no encontró el arco, y el delantero Randal Kolo Muani también sufrieron insultos en las redes sociales después de la derrota de Francia.
Ante esto, el Bayern de Múnich dio este lunes su apoyo a su delantero francés Kingsley Coman, quien fue objeto de insultos racistas después de haber fallado su penal contra Argentina en la final del Mundial, este domingo en Doha.
“El FC Bayern condena con firmeza las palabras racistas contra Kingsley Coman. La familia del FC Bayern está detrás de ti, King. El racismo no tiene cabida en el deporte o en nuestra sociedad”, escribió el club alemán en su cuenta de Twitter.
Pletórico recibimiento
Miles de aficionados aclamaron a los bleus en la plaza de la Concordia, este lunes en París, en un ambiente festivo, un día después de su derrota en la final del Mundial contra Argentina en Doha.
Los jugadores y el seleccionador de Francia aparecieron en el balcón del hotel Crillon hacia las 21h40 locales para saludar a los numerosos aficionados que ondeaban banderas de Francia y proclamaban su agradecimiento a los bleus. La expedición había llegado unas dos horas antes al aeropuerto de Roissy procedente de Catar.
El delantero Olivier Giroud habló desde la emblemática plaza parisina para la cadena francesa TF1. “Estos momentos hay que disfrutarlos, saborearlos, disfrutar. Es simplemente felicidad a pesar de todo. Nos daremos un fuerte abrazo y nos iremos de vacaciones, cargar las pilas porque hay una segunda parte de la temporada por jugar”.
El delantero Marcus Thuram también tomó la palabra: “Sabíamos antes del partido que nos mirarían millones de franceses, desgraciadamente no pudimos ganar pero lo que es seguro es que están orgullosos de nosotros y eso es lo más importante”.
“Tenía que estar aquí, dar las gracias a los bleus por todo lo que han hecho hasta ahora”, confesaba Sandrine Djellas, aficionada de 53 años, con los colores de la bandera francesa pintados en la cara.
“Reunirse aquí con todo el mundo es mi manera de darles fuerza”, indicó Cheick Touré, estudiante de 16 años.
Al descender del avión, el seleccionador galo Didier Deschamps esbozó una sonrisa, al igual que Giroud, quien lucía un collar de flores azul, blanco y rojo alrededor del cuello.