James Rodríguez tiene dos días por delante para definir si se queda en São Paulo o toma el camino de Besiktas, club de Turquía que lo viene siguiendo desde hace un par de temporadas.
El mercado en el fútbol turco cierra este viernes 9 de febrero, fecha límite para que el colombiano tome una decisión final sobre su futuro. La relación con São Paulo atraviesa un momento complicado por sus reiteradas ausencias en las convocatorias del técnico Thiago Carpini, quien considera que todavía no está listo físicamente para jugar.
Ante las palabras de su entrenador y todo lo que se habla en la prensa brasileña, James publicó una serie de videos en su cuenta oficial de Instagram, donde se muestra entrenando sobre el campo de juego e incluso marcando goles en la práctica de fútbol en espacio reducido.
Esas publicaciones del mediocampista cucuteño han desatado nuevos comentarios al respecto de lo que sucede al interior de las oficinas de São Paulo, donde ya habrían tenido una primera conversación cara a cara con James Rodríguez.
El encargado de revelar las conclusiones de esa conversación en la interna fue Muricy Ramalho, coordinador de deportes, que desmintió que el colombiano les haya informado su deseo de salir.
“No nos ha dicho nada hasta ahora (sobre su deseo de irse). Tiene contrato y lo tratamos como a un jugador del São Paulo”, dijo el exfutbolista, que ahora desempeña un papel importante en la dirigencia.
De hecho, la decisión al interior del club es que el capitán de la Selección Colombia continúe y se pruebe a sí mismo que puede superar las molestias físicas de las que habló Carpini. “Si el el entrenador quiere convocarlo mañana para jugar [contra Água Santa], es decisión del entrenador”, dijo Ramalho.
Más allá de no haber colmado las expectativas, en la directiva ven a James comprometido con el proyecto. “A veces se siente un poco, sobre todo en la pantorrilla, pero entrena mucho, es un tipo ejemplar, entrena temprano, cumple con sus obligaciones. Así que el día que el entrenador crea que tiene que jugar, jugará”, sentenció en entrevista con el Canal do Nilson Cesar en YouTube.
Lo que verdaderamente les preocupa en la directiva es que James no funcione en la idea de juego del nuevo cuerpo técnico. “Es un jugador de excelente calidad, un gran profesional, muy diferente, pero hoy el fútbol brasileño es duro, con poco espacio, lo que lo presiona todo el tiempo”, explicó.
Muricy Ramalho considera que el colombiano ha tenido “difícultades” con la adaptación al fútbol brasileño. “En la Selección Colombia hacen fútbol para que juegue, dos extremos, falso delantero y aquí es difícil porque nuestro sistema de juego es muy duro. Pero es un jugador ejemplar, entrena todos los días, en este partido [Supercopa] pidió no ir. Lo respetamos porque del otro lado hay un ser humano, no es fácil”, advirtió.
Además del tema deportivo, entre James y São Paulo existen deudas por bonificaciones acordadas en su contrato. Ramalho, en tono de burla, dijo que al jugador “lo que menos le falta es dinero”.
Mientras eso sucede en Brasil, en Turquía reportan serias dudas de Besiktas sobre el estado físico de James, que podrían hacer caer el supuesto “acuerdo preliminar” que alcanzaron hace unos días atrás.
Los blanquinegros no quieren jugarse a una inversión que pueda salir contraproducente y, de acuerdo con la prensa de ese país, continúan estudiando internamente la viabilidad de contactar a São Paulo para intentar forzar su salida.
James tiene contrato firmado hasta mediados de 2025, por lo que cualquier opción debe ser analizada y comunicada por la dirigencia del elenco paulista.