Mientras se acerca la hora del partido, se conocen más detalles de lo difícil que será para la Selección Colombia sacar los tres puntos en el estadio Villa Ingenio de El Alto en Bolivia.
Además de la falta de oxígeno y el cansancio extremo que sentirán los futbolistas de la Tricolor, hay otros detalles que el cuerpo técnico quiere tener bajo control para evitar una goleada como la que sufrió Venezuela el mes pasado.
Jhon Arias, jugador convocado por Néstor Lorenzo, reveló que jugar en Bolivia tiene sus diferencias respecto al resto de países de Sudamérica. “Yo que he jugado en la altura, sé que la pelota toma por ahí un vuelo diferente, que es diferente la sensación también con ella en el pie, y para fortuna de nosotros tenemos grandes rematadores de media distancia”, declaró.
Esto se explica porque, a mayor altitud, el aire es más delgado, es decir, tiene menos densidad, lo que genera menos resistencia aerodinámica. Como resultado, los balones viajan más rápido y recorren distancias más largas en comparación con lugares a nivel del mar.
“Los inflan más”
La Selección Colombia ha entrenado durante toda la semana con los balones elegidos por la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) para el partido del próximo jueves, sin embargo, el cuerpo técnico recibió una alerta que tendrán muy en cuenta en la previa al compromiso que se disputará este 10 de octubre, desde las 3:00 de la tarde (hora de Colombia) con las tribunas a reventar en El Alto.
Según contó Javier Hernández Bonnet, Lorenzo habló con un extécnico de Bolivia y este le aconsejó que revisara la presión de los balones.
“Le dijeron que debe revisar los balones, los inflan más de lo permitido, con el fin de que se haga incontrolable. Entonces el delegado de Colombia debe ir y revisar que estén bien, dentro de lo permitido”, indicó.
Según el reglamento de la Fifa, un balón de fútbol debe tener una presión interna de entre 0.6 y 1.1 atmósferas (600 a 1,100 g/cm²), lo que equivale a 8.5 a 15.6 psi (libras por pulgada cuadrada) al nivel del mar. Este rango garantiza que el balón tenga las condiciones óptimas de inflado para su uso en competiciones oficiales, asegurando un buen rendimiento y control del juego.
Además, debe cumplir con un diámetro de entre 68 y 70 centímetros y un peso de 410 a 450 gramos. Estos parámetros están regulados por la Fifa para mantener la uniformidad en las competiciones, por lo que ninguna Federación tiene permitido cambiarlos sin importar la altura en la que se encuentre su escenario.
El técnico que habló con Lorenzo también le habría mencionado la calefacción como una buena herramienta para contrarrestar las condiciones del estadio de El Alto, donde ningún equipo visitante, por eliminatorias o torneos Conmebol, ha salido victorioso.
“Lo que se busca es que se mantenga una temperatura promedio y los jugadores no vayan a sufrir los cambios fuertes. Abajo hace mucho frío. Ellos ya tomaron apuntes y lo tienen materializado. Eso se va a ser cada vez que salten a la cancha, tanto en el entretiempo, tras el calentamiento, en fin”, agregó el periodista Cristian Marín, de Blog Deportivo.