Una sola foto, publicada por Rigoberto Urán, retrata la dureza del Tour de Francia. El ciclista del equipo Etixx muestra su mano cortada y revoluciona las redes sociales después de atravesar la etapa más larga de la competencia. “Mijitos, así quedo mi mano después de la etapa de hoy!!!”, escribió el pedalista. Y eso que hasta ahora van sólo tres etapas del Tour de Francia. Rigoberto es conocido por tener una gran manejo de sus redes. Minutos después de concluir la etapa, que le entregó el liderato de la competición a su compañero Tony Martin, aprovechó para mostrar lo difícil que es concluir los recorridos del Tour. En la imagen se ve la dramática forma cómo una ampolla estalló en su mano. El ciclista nacido en Urrao es el mejor colombiano en la tabla general. Está de séptimo en la clasificación general del Tour de Francia, a 46 segundos del líder, mientras tanto Nairo Quintana, que es un poco más timido en redes, está en el puesto 17 y en la jornada de hoy no perdió tiempo respecto a sus competidores más cercanos. Pasó el temido ‘pave’ El 'Tanque' alemán Tony Martin (Etixx), triple campeón del Mundo contrarreloj, se vistió de líder en la temida etapa de los adoquines disputada entre Seraing y Cambrai, de 223,5 kilómetros, en la que se impuso en solitario tras un demarraje final que sorprendió al grupo de favoritos y velocistas que aspiraban al triunfo. Martin, de 30 años, se quedó sin el liderato la víspera en Huy por seis centésimas ante Froome. Un día después el ciclista de Cottbus desplazó al británico y, por fin, subió al podio a enfundarse la prenda dorada del Tour. En cuatro etapas, cuatro líderes. Para tal honor Martin jugó la carta ganadora a falta de tres kilómetros. Saltó del grupo principal, unos 25 sobrevivientes de los siete tramos de pavés, donde nadie reaccionó. Mientras se miraban para ver quién salía a por él, el ciclista del Etixx ya estaba celebrando la victoria- Martin conquistó la etapa más larga de la 102a. edición después de 5,30 horas encima de la bicicleta, con tres segundos de adelanto de su compatriota John Degenkolb y del eslovaco Peter Sagan. Con el mismo tiempo Froome, Contador, Nibali, Quintana, Valverde y Purito. La jornada del adoquín no fue ninguna carnicería, como muchos presagiaban. No hubo agua y los siete tramos que completaban 13,5 kilómetros no fueron tan agresivos como los de hace un año, cuando quedó el Tour patas arriba. Los líderes salieron indemnes, en las mismas marcas. Froome al frente de la general real, la de los favoritos, con Contador a 36 segundos, Nibali a 1,38 minutos y Quintana a 1,56. El británico de origen keniano siempre estuvo atento en cada uno de los sectores pavimentados y tan solo al final bajó la guardia sin trauma alguno perder la camiseta amarilla. El rey Felipe de Bélgica dio la salida a un pelotón adolorido por la masiva caída de la víspera y preocupado por el hecho de afrontar un recorrido con adoquines que obligó a cambios mecánicos en la bicicleta: ruedas más anchas, cambios electrónicos y amortiguación en uno o dos ruedas. A la batalla del "pavés". Pronto animaron la etapa cuatro corredores: un hombre del líder, Westra (Astana), más De Gendt (Lotto), Quémeneur (Europcar) y Brun (Bretagne), que abrieron un hueco de nueve minutos. Pasaron juntos el primer y alejado sector adoquinado, pero se diluyeron antes del segundo por el impulso del Sky. Tras este primer paso algunos cambiaron de bicicleta, como Contador, Quintana, Urán y Pinot. Cuestión de afrontar bien armado un terreno que provoca debate. Mientras para los organizadores es parte de un gran espectáculo del ciclismo, para los propios ciclistas supone un peligro para su integridad. No les hace la menor gracia. Con información de EFE.