Al tiempo que todos los flashes del planeta se quedan con disciplinas ampliamente conocidas como el fútbol, el ciclismo o el tenis, en los escenarios deportivos del país hay quienes dejan en alto la bandera tricolor y muchas veces no reciben el reconocimiento que merecen.

Ese es el caso de ‘Forza Femenina’, Selección Colombia de Tchoukball, que fue campeona panamericana en el año 2014 y ahora busca recursos para asistir al Mundial de República Checa, que se disputará entre el 31 de julio y el 5 de agosto de este año.

A través de redes sociales, las jugadoras han insistido en la falta de apoyo y la necesidad de conseguir un total de 60 millones de pesos para el traslado de la delegación hacia el país europeo. “En 2014 fuimos campeonas en nuestra tierra, en 2016 fuimos subcampeonas en México y el año pasado, en Brasil, logramos clasificar al Mundial”, cuenta Rosario Robles Moreno, entrenadora de Tchoukball, en su canal de YouTube.

“Estamos buscando empresas, fundaciones, amigos que nos quieran ayudar para cumplir nuestro sueño de ser la primera selección femenina en participar de un Mundial de Tchoukball”, completan en el video con el que invitan al público en general a realizar donaciones para cumplir la meta y poder viajar a la cita orbital.

Forza Femenina, Selección Colombia de Tchoukball | Foto: Instagram @forza_femenina

El Tchoukball es una disciplina que tiene sus bases en las reglas del balonmano, voleibol y pelota vasca. Su principal fundamento es que no puede haber contacto físico entre los jugadores, razón por la cual ha sido calificado por la ONU como el “deporte de la paz, con un gran valor pedagógico, con filosofía y principios únicos”.

Este deporte nació durante la década de 1960 gracias al deportólogo suizo Hermann Brandt, quien se encontró con una gran cantidad de atletas que resultaron lesionados durante sus prácticas deportivas. Esta realidad cotidiana incrementó sus inquietudes por los deportes modernos, llevándolo a desarrollar el Tchoukball, un deporte que busca que los individuos adquirieran y mantengan un equilibrio físico, mental y social duradero.

La idea más general de esta disciplina es que la pelota, con dimensiones similares a la del balonmano, rebote en una red con marco metálico y caiga al interior de un campo de juego exacto al de baloncesto o fútbol de salón. Al no permitirse el contacto físico, los jugadores tienen la obligación de hacer un máximo de tres pases antes de rematar y solo pueden dar tres pasos con el balón dominado. En caso de no cumplir esa regla, la posesión pasará a manos del otro equipo.

Hay casos en los que un intento de ataque puede terminar en punto en contra: si el remate no toca el marco, si lanza y el balón cae en la zona prohibida, si el rebote se le devuelve hacia el cuerpo del lanzador o si el balón cae fuera de la cancha.

Recordando que no hay contacto físico, las faltas se dan por superar los pasos permitidos y no desprenderse de la pelota en el máximo de pases.

Entrenamiento de Tchoukball en cancha cubierta | Foto: Instagram @forza_femenina

La Selección Colombia o Forza Femenina, ha participado en 5 campeonatos sudamericanos de Tchoukball con una historia de 12 años impulsando esta novedosa disciplina en el país. Ese título conseguido en 2014 es la principal base de esta petición, con la que esperan hacer historia para el deporte colombiano asistiendo por primera vez a un campeonato del mundo.

Los 60 millones que se trazaron como meta para confirmar su participación en el Mundial de República Checa cubren alimentación, hospedaje, tiquetes e inscripción al torneo, razón por la que necesitan conseguir el dinero lo más pronto posible, teniendo en cuenta que faltan poco más de 4 meses para el inicio del campeonato.

Colombia clasificó al Mundial de Tchoukball en el torneo disputado en Brasil el año pasado | Foto: Instagram @forza_femenina