Brasil compartirá grupo con Francia, Argentina con Suecia, Colombia con Alemania y Costa Rica con España en la fase final del Mundial femenino de fútbol, que se disputará el año que viene en Australia y Nueva Zelanda, tras el sorteo realizado este sábado en Auckland.
Además de Francia, Brasil tendrá en su Grupo F, que se disputará en ciudades australianas, a Jamaica y a un equipo salido de una repesca, que saldrá de una de estas cuatro selecciones: Taiwán, Paraguay, Papúa-Nueva Guinea y Panamá.
Con dos equipos clasificados a octavos, Brasil, campeón de la Copa América femenina de 2022, y Francia, que se disputarán entre ellos probablemente la primera plaza de la llave, son claros favoritos.
Brasil nunca ha ganado a Francia. Ambos equipos se midieron en octavos de final en el último Mundial, disputado en tierras galas en 2019, y las locales se impusieron en Le Havre con un gol en la prolongación (2-1).
En el Grupo C, que se disputará Nueva Zelanda, Costa Rica intentará dar la sorpresa ante España y Japón, favoritos a pasar a la siguiente ronda, en una llave que completa Zambia.
Costa Rica fue cuarto en el Campeonato de la Concacaf de este año, detrás de Estados Unidos, Canadá y Jamaica.
En el Grupo G, Argentina, tercero con la Copa América, con sus partidos en Nueva Zelanda, tendrá difícil su clasificación, con equipos como Suecia, Sudáfrica e Italia, lo mismo que Colombia, subcampeón sudamericano, en el H, que se jugará en Australia, con rivales difíciles como Alemania y Corea del Sur, además de Marruecos.
Por su parte, en cuanto a los organizadores Nueva Zelanda, en el Grupo A, se cruzará con Noruega, Filipinas y Suiza, mientras que Australia, en el B, tendrá como contrincantes a Irlanda, Nigeria y Canadá.
En el Grupo E, habrá una repetición de la final de 2019 entre Estados Unidos y Países Bajos, en un una llave completada por Vietnam y un equipo salido de una repesca (Portugal, Camerún o Tailandia).
Por último, el Grupo D estará compuesto por Inglaterra, Dinamarca, China y un equipo salido de la repesca (Senegal, Haití o Chile).
La novena edición del Mundial femenino será inédito en varios aspectos: será el primero con 32 equipos, el primero en el Hemisferio Sur y el primero en ser coorganizado por dos países.
Tras el éxito de audiencia de la edición de 2019 en Francia, la FIFA espera seguir la misma dinámica en Oceanía. Pero la instancia que rige el fútbol mundial choca contra algunos difusores que se muestran reacios a pagar los derechos de retransmisión televisada en su justo valor.
Los “difusores nos ofrecen cien veces menos de lo que nos ofrecen por el Mundial masculino”, denunció el patrón de la FIFA, Gianni Infantino, al margen del sorteo.
El dirigente juzgó estas ofertas “inaceptables”, mientras las cadenas de televisión “nos empujan a hacer más por la igualdad”.
La futbolista estadounidense Carli Lloyd, dos veces campeona del mundo, condujo el sorteo, junto al exdelantero inglés Ian Wright, en una ceremonia a la que asistieron 800 personas en el Auckland Aotea Centre.
La ceremonia, con la seleccionadora de Inglaterra, Sarina Wiegman, y la primera ministra neozelandesa Jacinda Ardern entre los invitados, comenzó con un guiño a la cultura indígena en Nueva Zelanda y Australia.
Ardern calificó a la Copa del Mundo de 2023 “como el evento deportivo femenino más grande de la historia”.
Mientras el fútbol femenino está tomando un gran impulso en los últimos años en algunos países como Inglaterra, tras proclamarse este año campeona de Europa de selecciones, en Francia o en España, en otros países la pasión acaba de comenzar.
Filipinas, Marruecos, Irlanda, Vietnam y Zambia participarán por primera vez en un Mundial femenino.
Un torneo de repesca en febrero decidirá las tres últimas plazas que quedan por adjudicar entre los 32 equipos.
Australia y Nueva Zelanda organizarán una semifinal cada uno, con la final programada en Sídney, en un estadio con capacidad para 83.000 espectadores.
*Con información de la AFP.