Colombia está a punto de ser eliminada del Mundial de Catar, aunque quedan dos juegos que, con un milagro, podrían meter a la selección en el repechaje. Para quienes no usan la calculadora en esta etapa de la eliminatoria, esta es otra prueba de la marcada crisis del fútbol colombiano.
Pocos reconocen que desde los clubes colombianos empieza el declive. En 2016, Atlético Nacional logró la Copa Libertadores de América. En 2018, Junior fue subcampeón de la Sudamericana y de ahí en adelante el balompié cafetero se ha destacado más por escándalos que por logros deportivos. El más reciente y polémico ascenso del Unión Magdalena a la primera categoría del balompié, en un extraño partido contra Llaneros, dejó en evidencia todas las conductas antideportivas, pero extrañamente el proceso terminó siendo archivado en la Dimayor.
En 2015, Ramón Jesurún llegó a reemplazar a Luis Bedoya, quien renunció al cargo por el llamado ‘Fifagate’ y las investigaciones por corrupción en el fútbol suramericano. Ese mismo año se entregó a la Justicia estadounidense, colaboró con la misma y se declaró culpable de haber recibido sobornos. La Fiscalía investigó a la Federación Colombiana de Fútbol y puso la lupa sobre dos dirigentes activos en el poder del fútbol: Ramón Jesurún, actual presidente de la Federación colombiana, y Álvaro González Alzate, presidente de la División Aficionada del Fútbol Colombiano. Sin embargo, en un país en el que los logros en el fútbol hacen perder la memoria, todo quedó en veremos por la clasificación al Mundial de Brasil en 2014, después de estar ausentes desde 1998.
Luego llegó el escándalo y la sanción de 18.000 millones de pesos al cartel de boletería en las eliminatorias al Mundial Rusia 2018. Denuncias de árbitros por abusos sexuales, la poca profesionalización de estos jueces, mujeres del fútbol femenino denunciando vetos, la polémica salida de José Néstor Pékerman de la selección, la llegada de Carlos Queiroz y su posterior salida tras el 6-1 con Ecuador en el cuarto partido de las eliminatorias a Catar, y el más escabroso hecho que denunció el técnico portugués sobre los malos comportamientos de la directiva que habrían desencadenado en el suicidio de Des McAleenan, quien se desempeñó como entrenador de arqueros. Queiroz culpó a la dirigencia del fútbol colombiano por la muerte de su amigo.
Colombia lleva más de 700 minutos sin anotar un solo gol en siete partidos, la misma cantidad de juegos sin ganar, y la séptima posición en la tabla de eliminatorias. Sin el tiquete al tercer mundial consecutivo, la salida de Reinaldo Rueda parece estar firmada. El pago de una indemnización y la selección de un nuevo cuerpo técnico se avecinan para una próxima eliminatoria.
Para Alejandro Pino Calad, uno de los periodistas más críticos de la dirigencia colombiana, el problema de la selección Colombia es estructural. “Hay una estructura basada en el beneficio de los dirigentes y no en el beneficio del fútbol, y los dirigentes no están dispuestos a cambiarla”. Para el comunicador, eso incluye el sistema de los campeonatos, el manejo de divisiones inferiores y la falta de planeación de estrategias en gerencia deportiva.
Juan Felipe Cadavid, periodista de Caracol Radio, ve como prioridad definir un proyecto deportivo con una estructura robusta para sostenerse. Caminar sobre la misma idea desde las selecciones menores, estructurar el fútbol como un todo y no en partes, sin un norte definido. “Para ello, se necesita una cabeza con espectro grande, capaz de entender las necesidades de cada una de las selecciones y que genere una relación entre ellas. ¿Un nombre?, difícil, esa persona en algún momento pudo ser Juan Carlos Osorio, pero él mismo se ha alejado de esa opción”, dijo el comentarista.
Carlos Antonio Vélez está convencido de que el proceso al mundial de 2026 debe empezar con la buena base de jugadores que ya existe, liderados por Luis Díaz. Asegura que es necesario que estén comprometidos, que tengan hambre de gloria y que no hayan sido contaminados con la “zona de confort” del pasado. “Hay que preparar un partido de despedida para los que cumplieron el ciclo, grandes jugadores, pero sin ningún título con la selección”. El comentarista cree que hay dos opciones para director técnico, aunque no da nombres todavía.
Habrá que esperar a que termine el mundial para poder contar con alguno de los que dejan sus selecciones y poner un interino para los amistosos de fecha Fifa antes de la Copa del Mundo. El equipo tiene un juego contra Brasil en septiembre. Vélez también dejó claro que la dirigencia será la misma, al menos por cuatro años más. “El entrenador debe ser con experiencia, moderno, que trabaje y que tenga el mapa de nuestro jugador. Debe lograr que la selección sea un equipo del técnico y no de los jugadores”.
Quedan dos juegos en la eliminatoria, el primero de ellos el jueves 24 de marzo, en el que la selección recibirá en Barranquilla al combinado boliviano. Un partido que para muchos es ganable, pero con la falta de gol y el divorcio de jugadores y cuerpo técnico con la hinchada, podría ser la estocada final. El 29 de marzo, Colombia cerrará ante una Venezuela dirigida por Pékerman, quien muy seguramente querrá sacarse la espinita con Colombia.