Adorada por unos, criticada por otros, la estadounidense Serena Williams es una figura divisiva cuya carrera ha estado marcada por extraordinarios éxitos y momentos polémicos, vividos principalmente en el Abierto de Estados Unidos.
Pelea contra el juez de silla, Carlos Ramos
En la final del US Open de 2018, Williams se quedó a las puertas de su ansiado título número 24 de Grand Slam, que hubiera igualado el récord de Margaret Court, al caer ante Naomi Osaka (6-2, 6-4). Más que el juego, los espectadores de la pista Arthur Ashe probablemente recuerden el feroz enfrentamiento de la tenista con el juez de silla Carlos Ramos.
Con Williams en ventaja 0-1 en el segundo set, Ramos detectó que el entrenador de la estadounidense, Patrick Mouratoglou, le daba instrucciones (‘coaching’) desde el banquillo, una acción prohibida entonces, y dio una advertencia a la estrella local.
A continuación, se desató una intensa discusión con el juez. “Yo no hago trampas para ganar, prefiero perder”, clamó la estadounidense. “Es increíble. No recibí ningún ‘coaching’. Nunca he engañado en mi vida. Me debes una disculpa”, dijo en el cambio de lado. La situación se agravó cuando Williams recibió una segunda advertencia, que conllevó un punto de penalización, tras romper su raqueta.
“Me estás atacando. Te equivocas. No volverás a arbitrar otro partido mío. Me debes una disculpa. El mentiroso eres tú”, espetó Williams al juez. “Eres un ladrón. Me has robado un punto”. Fue en ese momento cuando el árbitro portugués le dio una tercera advertencia, y, por tanto, un juego de penalización, una sanción poco frecuente a ese nivel.
Tras el partido, la hermana menor de las Williams acusó a Ramos de sexismo. “Yo lucho por los derechos de las mujeres y la igualdad. Recibir un juego de penalización por llamarle ‘ladrón’, me pareció un acto sexista. Nunca le penalizó un juego a un hombre que le llamara ‘ladrón”, alegó Williams, que recibió una multa de 17.000 dólares por el incidente.
Amenazó a una jueza
Antes del episodio con Ramos, Williams ya había perdido varias veces los nervios en Flushing Meadows. En las semifinales de 2009, jugando contra Kim Clijsters, increpó a una jueza de línea que le señaló una falta de pie en el servicio, lo que dio a la belga dos puntos de partido.
“Si pudiera, agarraría esa bola y te la metería por la garganta”, dijo Williams según la jueza. La estadounidense, que la gritó y apuntó con su raqueta, se defendió asegurando que la jueza malinterpretó sus palabras. Este comportamiento le costó una segunda advertencia y un punto de penalización, y por tanto la pérdida del partido, además de una multa de 10.500 dólares.
Celebraciones a destiempo
Otro incidente protagonizado por Williams en Nueva York ocurrió en la final de 2011 contra Samantha Stosur, quien levantó el trofeo con resultado de 6-2 y 6-3.
Con desventaja 6-2 y 30-40 en el primer juego del segundo set y sirviendo, Williamsgritó con fuerza “Come on” (Vamos) después de golpear una derecha ganadora, pero antes de que Stosur hubiera tocado la pelota.
La jueza Eva Asderaki anuló el punto y dio el juego a la australiana. “Si alguna vez me ves caminando por el pasillo, mira hacia otro lado”, le reclamó Williams a Aderaki tras sentarse en su banco. “Estás fuera de control, eres una resentida”.
Con información de AFP