Con 36 títulos en el bolsillo termina la laureada carrera de Gerard Piqué en el fútbol. A sus 35 años, el defensor central ha tomado la decisión de dar un paso al costado y disputar este sábado su último partido en el Camp Nou con la camiseta del Barcelona, todo un día histórico para la despedida de una leyenda.

Será Almería el último rival que enfrente a Piqué, eso si Xavi Hernández no lo necesita la próxima semana visitando la cancha del Osasuna. Lo que se espera es un sinfín de homenajes y aplausos para un jugador que despertó amores en el Barcelona, pero al tiempo muchos odios entre los aficionados de otros clubes.

Es indudable que su rivalidad más fuerte fue con el Real Madrid, al que incluso señalaba de “mover los hilos” de España a su antojo, razón por la que era chiflado cada vez que tocaba el césped del Santiago Bernabéu, donde dejó grandes recuerdos como aquel gol que marcó en la goleada 6-2 del 2009.

Gerard Piqué se dedicará a sus negocios personales tras el retiro | Foto: Jose Breton/NurPhoto

Pero hay un equipo en especial que no soportaba a Piqué y es el Espanyol, rival del derby catalán, famoso por componer cánticos ofensivos en contra del jugador, incuyendo en ellos a Shakira, entonces pareja y madre de los hijos de Gerard.

Medios españoles se cansaron de pedir que la afición ‘periquita’ dejara de insultar a la colombiana en sus canciones, sin embargo, la ecuación se repetía cada que el ‘3′ tenía que visitar RCDE Stadium, otrora conocido como Cornellá el Prat.

“Shakira es una puta”, solían decir los aficionados al compás de los toques de balón de Piqué, que al final prefería guardar silencio y solo renegar con la cabeza lo que escuchaban sus oídos.

Tal era el odio de los blanquiazules que, no contentos con insultar a su esposa, también se metían con su hijo Sasha, el primero de los dos que tuvo la pareja. “Piqué, cabrón, Shakira tiene rabo. Tu hijo es de Wakaso y tú eres maricón”, cantaban al unísono las gradas de Cornellá para intentar sacar de quicio al futbolista.

La respuesta de Piqué

Ante esos cánticos, repudiados por la opinión generalizada, el central del Barcelona solo se remitía a mirar fijamente a las tribunas del Espanyol y demostrar en la cancha las razones por las que tantos títulos llegaron a Cataluña, pero de la mano de los azulgranas.

En un podcast con el youtuber español Jordi Wild, Piqué se refirió a la relación con los rivales de la ciudad. “A mí me gusta más ir al campo del Espanyol que al campo del Madrid. El día que sube el Espanyol a primera yo me alegro porque sé que voy a ir allí a jugar”, señaló.

Además, explicó que lo que más le gusta es “entrar en el terreno de juego, que te silben. Estar calentando y mirar a la gente y ves esas caras desfiguradas. Les ríes y aún se joden más. Es un placer, no hay nada comparable en el mundo, te diría que ni el sexo”.

“Es una adrenalina”, continuó. Sobre la diferencia con visitar el Bernabéu y la cancha del Espanyol, Piqué dijo que “al final sabes como son (los del Real Madrid). Son señoritos, les cuesta silbar, se les pasa rápido. En el Espanyol es una rabia contenida, resentimiento, es bonito”.

El último recuerdo con el que se queda de los derbys de la ciudad fue hace un año, cuando los ‘pericos’ estuvieron en segunda división. “Solo lo he vivido una vez que fue el año anterior. Tuvimos el placer de bajarlos en el Camp Nou, un día que llegué en bicicleta”, contaba entre risas.