La noche en Ibagué empezó de la mejor manera para el Deportes Tolima con un estadio lleno y un recibimiento digno de lo que ha hecho el equipo de la capital musical en el año 2021. El cabezazo de Julián Quiñones a los 14 minutos parecía decantar la balanza hacia el bicampeonato, pero algunas distracciones en la etapa complementaria lo condenaron a una derrota que, de todas maneras, no opaca lo hecho por el vinotinto en un año soñado para sus hinchas.

Anderson Plata tuvo en sus pies la anotación que hubiera sentenciado la final, pero no pudo definir ante la salida del portero De Amores. Minutos después, Vázquez marcó con un disparo al primer palo y al minuto 74 Harold Preciado convirtió, de penal, para el 2-1 definitivo.

Justamente esa jugada, sancionada por el árbitro Alexánder Ospina como mano de Eduar Caicedo dentro del área, fue criticada por Hernán Torres, técnico del Tolima, en rueda de prensa. “Hicimos un buen primer tiempo. Pusieron muchos hombres dentro de nuestra zona y pudieron convertir el gol que me dejó muchas dudas porque le pega primero en el pecho a mi jugador y luego en la mano”, analizó el entrenador.

“No sé, siempre que (Ospina) nos pita una final la perdemos, pero bueno, ese es el fútbol. Luchamos, corrimos y no se pudo convertir”, declaró Torres, visiblemente afectado por la derrota.

El técnico aceptó que su equipo tuvo “un año muy bueno, pero nos faltaron cinco centavos pa’l peso. Es importante, toda la campaña, pero perdimos, y perdimos lo que más queríamos, el título anhelado, el sueño anhelado y la estrella anhelada”.

“Esto es fútbol, hay un dolor inmenso en el corazón, y yo sobre todo como tolimense me voy muy triste de ver todo el estadio lleno y no darle esa alegría a nuestra gente para que se fuera feliz, eso me tiene golpeado en el alma”, concluyó Hernán Torres.

El penal de la discordia

Sobre los primeros minutos de la segunda parte, el delantero John Vásquez recibió un balón de Ángelo Rodríguez, quien aguantó a la férrea defensa del pijao para pivotear y ceder el esférico para que el extremo definiera rasante, dejando sin posibilidades al golero William Cuesta.

El Cali seguiría de largo en el partido, pues minutos después encontró por medio de un cobro de esquina la posibilidad de irse adelante en el marcador tras un cabezazo de Jorge Marsiglia que se estrelló en la mano de Eduard Caicedo. El árbitro Alexánder Ospina no dudó en pitar penal.

Para muchos, esta pena máxima fue dudosa, pues el jugador del Tolima no tenía manera de quitar la mano después del remate de su rival. Aun así, el cobro se facturó por medio de Harold Preciado, quien puso el 2-1 a favor de los suyos, lo que daba el título que se consumó cuando el juez sancionó el final del encuentro.

Así, los verdes no solo dañaron la fiesta del Tolima con este título, también pusieron a sufrir a Millonarios, que estaba expectante. Los embajadores necesitaban una victoria de los pijaos para avanzar de manera directa a la fase de grupos de la Copa Libertadores, tiquete que nunca llegará gracias a los azucareros.

Los dirigidos por Dudamel son los que se instalarán en la fase de grupos junto a Tolima (campeón del primer semestre), mientras que Millonarios afrontará la fase previa de este certamen al medirse con el complicado Fluminense de Brasil.

La gran noticia para la dirigencia del Cali es que va a meterse en el bolsillo el incentivo de Conmebol por la clasificación a la fase de grupos de la Copa Libertadores. Cada equipo que ingresa a esta fase recibe 3 millones de dólares, uno por cada partido de local que jugará en la competencia, con el fin de cubrir los gastos de logística, seguridad del estadio y concentración de los dos equipos en la sede del encuentro.