La polémica estaba en el centro de los debates este domingo sobre las responsabilidades en los fallos de organización de la final de la Liga de Campeones en el Stade de France, con las posibles consecuencias a nivel de la imagen de Francia a dos años de los Juegos Olímpicos de París.
La prestigiosa final europea, celebrada en París y ganada el sábado por el Real Madrid contra el Liverpool (1-0), estuvo marcada por escenas de caos en los alrededores del Stade de France, aunque sin registrarse ningún caso de heridos graves, según el balance de las autoridades.
Caso rarísimo a este nivel, el inicio del partido se vio retrasado en 36 minutos.
La Uefa mantiene que el caos tuvo su origen en un problema de “entradas falsas”, lo que causó atascos en las colas de acceso al estadio y pide una “auditoría” de urgencia de parte de las instancias del fútbol y las autoridades francesas.
Aficionados presentes y periodistas de la AFP constataron antes del partido la presencia de grupos de jóvenes y aficionados al fútbol locales no identificados intentando introducirse en el recinto sin entrada.
La policía intervino, dispersando a la multitud, entre ellos familias, con gases lacrimógenos.
Tras el final del partido, el ministro del Interior, Gerald Darmanin, acusó el sábado la actitud de “miles de aficionados británicos sin entrada o con entradas falsas que forzaron las entradas” del Stade de France.
Aficionados “ejemplares”
Achacándoles la responsabilidad de los tumultos, atrajo hacia él la ira de los seguidores y de las autoridades británicas.
“Estamos extremadamente decepcionados por los problemas de acceso y lo sufrido por los aficionados del Liverpool”, explicó el club inglés en un comunicado.
Entre las cargas policiales antes y después del partido y esas acusaciones del ministro galo juzgadas sin fundamento, los aficionados del Liverpool se sienten ofendidos.
La policía británica de Merseyside-Liverpool presente en el estadio habló en Twitter de “circunstancias chocantes” y defendido el comportamiento “ejemplar” de los hinchas de los Reds durante el partido, “el peor” que han visto nunca en términos de organización.
En los alrededores del Stade de France, o en la fan zone del este parisino, donde estaban decenas de miles de hinchas siguiendo la retransmisión del partido, los aficionados británicos no plantearon problemas de seguridad, constataron periodistas de la AFP.
En esta última zona, considerada de alto riesgo, la gestión de los flujos se desarrolló sin incidentes, con un ambiente festivo y tranquilo.
Tras la derrota y pese a doce horas de fiesta, a veces muy alcoholizadas, la marea de aficionados de los Reds dejó el lugar, triste, pero sin incidentes.
‘Humillación mundial’
Los bomberos de París informaron de una velada “tranquila” en el estadio y en las fan zones, con 238 intervenciones de auxilio por incidentes menores, incluidas las intoxicaciones por los gases lacrimógenos.
Al margen del partido, 105 personas fueron arrestadas, según el Ministerio del Interior. Según la fiscalía de París, una veintena de personas quedaron detenidas, esencialmente por actos violentos, venta de entradas falsas para el encuentro y robos cerca de las fan zones.
Para Ronan Evain, director de Football Supporters Europe, este caso “plantea preguntas sobre la capacidad de Francia para organizar eventos así”.
“Se siguen reproduciendo los mismos esquemas de organización que fallaron en el pasado. Se necesita modernizar el tema de la seguridad de estos partidos”, indicó a la AFP.
El dispositivo de seguridad (6.800 policías y bomberos) debía servir de test para la Copa del Mundo de rugby, organizada por Francia en 2023 y para los Juegos Olímpicos de París, el año siguiente.
“Una humillación mundial para Francia, cuya imagen no cesa de empeorar”, reaccionó en un tuit el presidente interino de Rassemblement National, Jordan Bardella (extrema derecha, el partido de Marine Le Pen).
“Hay que recordar el contexto. Esta final habría tenido que jugarse en Rusia” y Francia la ha organizado “en apenas tres meses”, dijo la diputada LAREM-Renaissance (el partido del presidente Emmanuel Macron), Aurore Bergé,
“Sentimiento de humillación”, “fracaso completo de la estrategia policial”: Marine Le Pen y Jean-Luc Mélenchon, los líderes de la extrema derecha y de la izquierda de Francia estimaron este domingo que Francia no es “capaz” de organizar de grandes manifestaciones, tras las escenas de caos de la final de Champions.
El lunes habrá una reunión ministerial en Francia para “identificar fallos” referentes al dispositivo para la final.
Por su parte, el prefecto de París, Didier Lallement, decidió acudir a la justicia por “fraude masivo con entradas falsas”, estimando que la cuestión pudo haber tenido “consecuencias muy graves para la seguridad”.
*Con información de AFP.