La reina de la gimnasia, la estadounidense Simone Biles, regresa al primer plano este fin de semana en el Mundial de Amberes (Bélgica), tras una pausa de dos años para recuperarse mentalmente, con los Juegos de París 2024 ya en el horizonte.
Biles volvió a competir en agosto y demostró, por si alguien tenía dudas, que no ha perdido su increíble talento.
En esa vuelta en Estados Unidos tuvo un regreso triunfal, primero ganando el US Classic, donde obtuvo las mejores notas en el salto, el suelo y la viga de equilibrio, y luego conquistando un octavo título, todo un récord, en el concurso general del campeonato de su país.
A sus 26 años se dispone a batir en Amberes otro récord, al convertirse en la primera estadounidense en participar en seis Mundiales, un signo de una longevidad en la élite de este deporte poco habitual.
Biles vuelve además a la ciudad flamenca en la que abrió su contador mundial hace diez años, conquistando cuatro medallas mundiales, dos de ellas de oro.
Simone Biles regresa a competencias
“Es increíble, tengo la impresión de cerrar un círculo porque el Mundial fue aquí hace diez años y era mi primer Mundial”, declaró en una entrevista a la Federación Internacional.
“Resulta muy excitante, me encuentro con personas que estaban presentes en 2013, algo que es una locura. Volver a la misma sala, con la misma atmósfera, creo que va a ser algo realmente divertido y loco”, se ilusionó.
Este Mundial llega a diez meses de los Juegos Olímpicos de París, donde la cuatro veces campeona olímpica dijo recientemente que quiere ganar otros títulos.
“Es el camino que me gustaría seguir”, afirmó a principios de septiembre a la cadena de televisión NBC, confirmando por primera vez desde su regreso que tiene como objetivo estar en los Juegos de París.
La gimnasta estadounidense firma por ahora un regreso impresionante, dos años después de sus convulsos Juegos de Tokio. Llegó entonces a Japón como gran favorita, después de lograr cuatro oros cinco años antes en Rio-2016, pero Biles se vino abajo mentalmente y se retiró de la mayoría de pruebas.
Explicó entonces que luchaba contra los “twisties”, pérdidas temporales y brutales de las referencias en el aire, algo que expone a un deportista a un gran riesgo de lesión en el aterrizaje en el suelo.
Terminó esos Juegos de Tokio con una medalla de plata en el concurso general por equipos y con un bronce en la viga de equilibrio, pero su gran aporte al deporte en esa cita fue poner sobre la mesa la cuestión de la salud mental de los deportistas.
“Creo que tengo que cuidarme un poco más y escuchar mi cuerpo”, subrayó a la NBC. “Asegurarme de que me tomo tiempo para las cosas importantes de la vida en vez de hacer como antes y estar siempre presionando”, dijo.
“Ahora he decidido seguir una terapia, asegurarme de que todo funciona para hacer el máximo en el entrenamiento y ser también una buena esposa, una buena hija, una buena amiga. Todo lo bueno”, añadió Biles.
En Bélgica, Simone Biles podría aumentar su colección de títulos mundiales, que antes de este Mundial es de 19 títulos. Ser la triunfadora en el evento dispararía las expectativas para París-2024.
Con información de AFP