El consumo de bebidas energizantes en medio de la práctica deportiva es cada vez más común, aun cuando algunas marcas de estos productos son las que organizan ciertas competencias o patrocinar a los propios deportistas.
La ciencia y la medicina han intentado controvertir el uso de estas bebidas y para ello, señalan que no deben ser parte de una rutina o de un estilo de vida saludable; sin embargo, la publicidad y la presencia en competiciones logran acaparar la atención, en la mayoría de los casos, de un público joven.
En este orden de ideas, la medicina deportiva ha intentado explicar que ingerir este tipo de bebidas antes, durante o después de la práctica deportiva, no es una mala idea, pero debe tenerse en cuenta que en ningún momento reemplazarán las bebidas rehidratantes o la alimentación saludable que le devuelvan al cuerpo parte de los elementos que ha perdido o gastado gracias a la exigencia física.
Y es que la composición de estos productos no es otra que la mezcla de agua, cafeína, carbohidratos, taurina o guaraná, algo en lo que las diferentes marcas apalancas sus campañas de marketing para prometer mayor energía, más resistencia, alta concentración y a hasta evitar el sueño por cansancio.
Según el estudio de la Universidad de Medellín realizado en 2015 ‘Bebidas energizantes: efectos benéficos y perjudiciales para la salud’, el cual analizó los ingredientes de estos productos, pudo determinar la consecuencia de algunos de ellos en el organismo.
Frente a la cafeína, aunque resalta que puede resultar útil en pequeñas dosis, también puede resultar perjudicial, pues en grandes cantidades puede llevar a problemas cardiovasculares, respiratorios, causar taquicardias, aumentar la presión arterial, alterar el estado de ánimo, generar alucinaciones y hasta llevar a las personas a experimentar convulsiones.
El mismo estudio habla sobre los azúcares libres y determinó que ocupan, al menos, el 10 % del contenido de una lata de estos productos, cifra alarmante si se tiene en cuenta la recomendación de la Organización Mundial de la Salud, la cual señala que la ingesta de azúcar en adultos y niños debe ser de máximo el 10 % del total del consumo calórico en el día.
Por último, al analizar la taurina resaltan que es un aminoácido que lo produce de forma natural el cuerpo y que al añadirlo de forma artificial, por medio de procesos en laboratorio, no tendría ningún efecto positivo en el rendimiento ni en la resistencia que se requiere durante alguna actividad deportiva.
El portal Saludmasdeporte también citó un estudio de la Universidad Camilo José Cela y el cual fue publicado por el British Journal of Nutrition donde se analizó el comportamiento de deportistas de alto rendimiento que consumieron tres latas de bebidas energizantes y placebos. Según evidenciaron, los atletas que consumieron estos productos aumentaron su rendimiento entre un 3 % y 7 % algo que en la alta competencia puede marcar la diferencia.
“Las bebidas energéticas con cafeína aumentaron la capacidad de salto en jugadores de baloncesto, la fuerza y potencia muscular en escaladores y en individuos entrenados, la velocidad de nado en nadadores velocistas, la fuerza y la precisión del golpeo en jugadores de voleibol y el número de puntos conseguidos en tenis”, señaló el análisis, el cual también alertó sobre resultados adversos en los mismos atletas como el “insomnio y nerviosismo”.
En conclusión, las bebidas energizantes, por su alto contenido de cafeína, pueden resultar benéficas a la hora de practicar un deporte, pues los efectos de este ingrediente llevan al organismo a tener mejoras cognitivas, mayor reacción, disminuir la fatiga mental, quemar grasa y aumenta la tolerancia al dolor; sin embargo, no es prudente consumirlas de forma habitual a la hora de ejercitarse, ni incluirlas dentro de cualquier plan de dieta, pues sus efectos adversos pueden afectar al organismo.
Así mismo, se hace énfasis en que no se deben reemplazar las bebidas rehidratantes que le permiten al cuerpo recuperarse, además, se necesitará de una alimentación adecuada antes, durante y después de cada competencia, para que el organismo no tenga un desgaste complejo.