La primera etapa del Tour de Francia ha sido una de las más peligrosas de la historia de la carrera. La lluvia y los descensos causaron más de 10 caídas en las que más de 100 de los 157 corredores del pelotón se vieron afectados. La más importante de ellas tuvo lugar justo después de pasar la pancarta de los 3 kilómetros, donde casi la mitad del grupo de punta se vio involucrado. Al parecer, el favorito más afectado es Thibaut Pinot, del equipo Groupama, que partía como uno de los candidatos para llegar vestido de amarillo a París.

El aguerrido corredor, especializado en montaña, sufrió un daño ocular por el incidente. "Fue uno de los días más duros de mi carrera", dijo el francés. "Fue como si estuviéramos en bicicleta sobre hielo. Incluso hubo choques durante la neutralización".

Antes de iniciar la carrera, Pinot era dado como el cuarto favorito por las casas de apuestas. "Está enojado, molesto por su accidente. Hubo mucha tensión durante todo el día con la lluvia", dijo a la prensa el director del equipo Groupama-FDJ, Marc Madiot. "Chocar a unos tres kilómetros de la línea es molesto, pero es parte de la carrera. Está bien. Veremos mañana, pero no creo que haya grandes daños". El caso más grave tras esta caída sería el del español Rafael Valls, que fue trasladado al hospital para realizarle más exámenes. Otro corredor que resultó bastante afectado fue Pavel Sivakov, gregario de Egan Bernal en el Team Ineos, que tuvo tres incidentes distintos.

Los colombianos también se vieron afectados. Nairo Quintana y Miguel Ángel López sufrieron accidentes sin consecuencias graves y salvaron una jornada muy accidentada. Lo mismo sucedió con Rigoberto Urán, que estuvo involucrado en la caída masiva y dijo que pese a que se pudo neutralizar la carrera entre los mismos corredores, no fue posible evitar incidentes.