Boca Juniors y Fluminense disputarán este sábado la gran final de la Copa Libertadores en el estadio Maracaná de Río de Janeiro. A pesar de estar programada en un campo neutral escogido hace varios meses por la Conmebol, el conjunto brasileño tiene la ventaja de disputarlo en su ciudad de origen, con la compañía de la gente en las calles.
Flu viene de eliminar a Inter de Porto Alegre en una llave muy ajustada que se definió en el segundo tiempo del partido de vuelta, gracias a los goles de Kennedy y Germán Cano, principal figura en la que refugian su esperanza de ganar la Libertadores por primera vez en la historia.
El camino de Fluminense en el torneo continental no inició de la manera más tranquila, pues, en plena fase de grupos, sufrió la suspensión preventiva de Manoel, defensor central de 33 años, por salir positivo a una sustancia dopante tras la goleada 5-1 contra River en el Maracaná.
Aunque Manoel no jugó ese partido, los delegados de la Conmebol lo eligieron para la recolección de muestras que, inesperadamente, salieron positivas.
Alejado de la disciplina de Fluminense, el defensor central recibió la ratificación de la sanción esta semana, a pocos días de disputarse la final contra Boca Juniors.
Conmebol confirmó la existencia ostarina en la sangre, supuestamente de manera accidental, lo que implica una sanción de ocho meses sin actividad profesional desde el día de la primera notificación, es decir, el 19 de junio de 2023.
“El Comité Disciplinario de la Conmebol resuelve que el jugador Manoel Messias Carvalho Silva es culpable de violar los artículos 6 y 7 del Reglamento Antidopaje de la Conmebol”, indica el comunicado de la confederación sudamericana, en el que hacen oficial la suspensión “de ocho meses”.
Manoel se ha mantenido entrenando bajo las órdenes de un entrenador especializado, buscando tener una buena forma física para el momento en el que se levante la sanción y pueda volver a jugar aproximadamente en el mes de febrero del próximo año.
Lo malo es que, en caso de que Fluminense sea campeón, el zaguero no podrá estar en la celebración sobre el campo de juego y se quedará sin su respectiva medalla que lo acredite como ganador de la Copa Libertadores.
La ostarina es una sustancia que evita y trata la pérdida de masa muscular, además de servir como analgésico y ayudar al rendimiento y la resistencia de los deportistas.
Problemas en lo deportivo
Más allá de la ausencia ya confirmada de Manoel, a Fluminense lo que realmente le preocupa es la forma en la que ha encarado las semanas más recientes camino a la final.
Mucho de ese bajón en el rendimiento se lo adjudican a que su técnico, Fernando Diniz, tenga que estar a cargo de la selección brasileña al tiempo que dirige a Marcelo, Cano, Arias y compañía.
Los números hablan por sí solos: en los diez partidos previos al debut de Diniz con Brasil (inicios de septiembre), el Fluminense encajó nueve goles en el Brasileirao, una media inferior a un tanto por encuentro, mientras que en los ocho disputados desde entonces, el dato saltó a 2,25.
Inicialmente, el anuncio de la contratación de Diniz en la canarinha, aunque fuera de forma provisional esperando la posible llegada de Carlo Ancelotti a mediados de 2024, fue motivo de orgullo para el Fluminense.
Los tricolores lo entendieron como una forma de ver reconocido el excelente trabajo del técnico en el club, el que juega de manera más vistosa y ofensiva en Brasil.
No obstante, algunas actuaciones desde entonces muy por debajo de lo que se esperaba, han encendido las alarmas entre la hinchada, que empieza a dudar si es bueno para el club “ceder” a su técnico al combinado nacional, justo antes de jugarse el partido más importante de su vida.