El descenso del Granada a la segunda división del fútbol español ha provocado un éxodo, sin freno, entre jugadores que terminaban contrato a mitad de año y otros a los que el club ha tenido que vender para sobrevivir económicamente a un resultado para el que no estaban preparados.

De los tres colombianos se presume que ninguno va a continuar, siendo Luis Javier Suárez el que más le preocupa a la dirigencia. El delantero fue adquirido en 2020 con contrato hasta 2025, producto de una intensa temporada de negociaciones entre Granada y Zaragoza a cambio de 7 millones de euros por el 50 % de su pase.

El atacante, que repuntó en el ascenso, no llegó a cumplir completamente con las expectativas, lo que lo puso en la cuerda floja camino a esta ventana de transferencias. No obstante, en el conjunto andaluz tienen la esperanza de recuperar la inversión, lo que suena difícil al considerar que otros clubes aprovecharán su situación para sacar partido y llevarse por un precio mucho menor al goleador.

Distinto a lo de Suárez, en Granada ya decidieron hace tiempo que no contarán con Carlos Bacca y tampoco podrán seguir pagando lo que cobra Santiago Arias, a préstamo del Atlético de Madrid, tras una temporada sin muchos partidos en el Bayer Leverkusen. El lateral antioqueño, que llegó a ser ficha indiscutible para José Néstor Pékerman en la Selección Colombia, hoy vive un momento crítico sabiendo que en el conjunto colchonero tampoco tiene lugar.

Enrique Cerezo, presidente del Atlético, confirmó hace unos días que están en la búsqueda de un lateral derecho, sin importar que Arias está libre y pertenece contractualmente a la institución. Después de la salida de Kieran Trippier rumbo al Newcastle, el club madrileño se quedó con Sime Vrsaljko como única opción en defensa, viéndose obligado a improvisar con el volante Marcos Llorente y el central Jose María Giménez como laterales.

Pero eso es algo del pasado, pues el Cholo dejó claro que necesita un defensor rápido por el costado derecho, lo que puso en marcha el plan de la dirigencia para vender al menos 40 millones y entrar fuertes al mercado que iniciará oficialmente este viernes 1 de julio. Esa es quizás la salida más fácil para Santiago Arias, ya que conseguir algún equipo que ponga una oferta sobre la mesa y le convenza deportivamente podría permitir que se desligue inmediatamente de un equipo en el que nunca llegó a consolidarse.

Hasta ahora lo único que ha sonado al respecto es el presunto interés del ‘Mono’ Burgos, exasistente de Simeone en el Atlético, por llevarlo al Aris Salónica de Grecia, pero la opción se fue desvaneciendo al conocer que el presidente del club le había bajado el pulgar al defensor colombiano. Otra puerta más que se cerró en la cara de Arias.

Aún sin estar en los planes del Atlético, Santiago debe presentarse en los próximos días a los trabajos de pretemporada, esperando cualquier luz que surja a lo lejos para continuar su carrera deportiva. La prioridad es tener minutos asegurados con el fin de retomar el nivel y regresar a la órbita de la Selección con un técnico que lo conoce de sobra, el argentino Néstor Lorenzo.

De momento en Arias no parece haber prisas, pues se encuentra disfrutando de las vacaciones con su esposa Karin Jiménez y la compañía de sus tres hijos. A pesar de ello, el ex-PSV Eindhoven no descuida la rutina de gimnasio, poniendo por delante el renacer de su carrera tras aquella delicada lesión que sufrió en un partido de Eliminatorias ante Venezuela y que marcó el inicio de este difícil momento, deportivamente hablando.