El Giro de Italia (3-25 octubre) y la Vuelta a España (20 octubre-8 noviembre), que se solaparán durante casi una semana, ya tienen fechas oficiales en el nuevo calendario publicado este martes por la Unión Ciclista Internacional (UCI), que incluye además una primera edición femenina de la clásica París-Roubaix para el 25 de octubre. La pandemia del nuevo coronavirus, que tiene detenida la temporada ciclista desde marzo, ha obligado a rehacer los programas de los organizadores de las carreras, cuyos planes siguen condicionados a la evolución de la situación mundial de covid-19.

En el calendario publicado este martes, el Tour de Francia está fijado del 29 de agosto al 20 de septiembre, como ya se había anunciado, y será seguido por las otras dos grandes rondas por etapas. Antes del Tour tendrá lugar el Criterium del Dauphiné, que pasa de junio a disputarse del 12 al 16 de agosto. Esa carrera se reduce de ocho a cinco etapas, pero conserva su perfil montañoso. El Giro de Italia se programó del 3 al 25 de octubre y la Vuelta a España del 20 de octubre al 8 de noviembre, lo que hace que esos dos carreras coincidan en el tiempo durante seis días. A principios de agosto, el circuito WorldTour volverá en Italia con las Strade Bianche (1 de agosto), seguidas una semana más tarde por la Milán-San Remo (8 de agosto), el primero de los monumentos de la temporada. La UCI precisó que esas fechas "siguen naturalmente subordinadas al levantamiento, hasta el final de la temporada, de las restricciones instauradas por las autoridades competentes”. Las otras grandes clásicas que debían haberse disputado en la primavera europea se repartirán en un periodo que va desde el Mundial de Ciclismo en Ruta (27 de septiembre) y el final de octubre. Se modifica el orden habitual de las mismas y las citas belgas (Flecha Valona el 30 de septiembre, Lieja-Bastoña-Lieja el 4 de octubre) precederán este año a la disputa del Tour de Flandes (18 de octubre) y de la París-Roubaix (25 de octubre). Hacia un Tour femenino en 2022 Es precisamente en esa última en la que se produce la gran novedad del calendario del ciclismo, con la primera edición de la mítica clásica de los pavés abierta a las mujeres. Las corredoras podrán realizar una parte del recorrido de la carrera masculina, que también tendrá lugar el 25 de octubre. La ‘reina de las clásicas‘ sigue así los pasos de otras carreras similares, que ya se habían abierto a una edición femenina, el Tour de Flandes desde 2004 y la Lieja-Bastoña-Lieja desde 2017. De esta forma, únicamente dos carreras italianas (Milán-San Remo y Tour de Lombardía) se mantienen entre los monumentos sin una edición femenina. La Milán-San Remo tuvo un primer intento, la Primavera Rosa, que se lanzó en 1999 pero finalizó en 2005. "Tenemos la voluntad de aumentar, paso a paso, el número de pruebas femeninas", declaró a la AFP el director del Tour de Francia, Christian Prudhomme.

"La UCI indica muy claramente el camino al ciclismo femenino", estimó Prudhomme, que explica que la empresa organizadora ASO decidió dar el paso ya que en otros años había una carrera de juniors antes de la clásica masculina principal y en esta ocasión no se programó esa cita juvenill, con lo cual se pudo optar por la carrera femenina. Para Prudhomme, esta carrera programada es "un símbolo". Quedan por definir los detalles prácticos (lugar de salida, recorrido preciso). Sobre la posibilidad de tener un equivalente femenino del Tour de Francia, Prudhomme dejó la puerta abierta para 2022: "Nuestro deseo es siempre el mismo. Hemos iniciado una reflexión sobre una prueba femenina que tendría lugar después del Tour de Francia. Pero el calendario se ha visto revolucionado mucho, incluido el de 2021, ya que tendremos ahí los Juegos Olímpicos. Siendo lógicos, podemos pensar en ello para 2022".