Óscar Rivas le hizo kaboom, como su sobrenombre, al canadiense Ryan Rozicki y se quedó con el título mundial que lo convirtió en el primer campeón del mundo en la historia del peso bridger: “Me dicen así [Kaboom] por espontáneo y alegre. Cuando me monto al ring y meto la derecha hago kaboom y me hago sentir. La felicidad es indescriptible, hace muchos años que empecé en el boxeo. Quise ser el mejor, categorizarme, pelearme este título y ser el primer boxeador del peso pesado ligero en conseguirlo. Ahora lo disfruto al máximo y espero que se quede en la familia”, dijo Óscar Rivas en SEMANA.
La nueva categoría es en homenaje a Bridge Walker, un niño de solo seis años de edad que fue gravemente mordido por un perro que intentó agredir a su pequeña hermanita. Los mordiscos fueron en la cara y tuvo que ser intervenido con 90 puntos, pudieron rescatar la visión de su ojo izquierdo: “Es una conmemoración muy bonita por el sacrificio que el niño hizo. Como yo en las peleas, el niño arriesgó su vida. Bridge es inspirador”, comentó en este medio el campeón mundial.
Ser el nuevo campeón mundial lo lleva a recordar con orgullo los esfuerzos que tuvo que hacer para lograrlo. La pobreza no era rival para darle un nocaut: “La perseverancia me trajo hasta este punto. Trabajé en la galería, cargué bultos, limpié carros y gracias a Dios conocí este deporte y decir que soy el campeón del mundo. Los sueños son inalcanzables y él que quiere puede”, argumentó orgulloso.
Hace seis años, Óscar Rivas casi pierde un ojo pues se le desprendió la retina y fue incapacitado por la Comisión Atlética de Los Ángeles para pelear contra Gerald Washington. “Duré dos años intentando regresar al mundo del boxeo para lograrlo todos los días. Cuando me pasó eso y me dijeron que no podía volver a pelear en mi cabeza estaba lo contrario y me motivaba porque quería quedar en la historia. Yo mismo me hablaba positivamente”, dijo en SEMANA TV.
Su mamá ha sido la mayor fuerza para enfrentar cada combate del ring y de la vida. Doña Carmen se volvió viral en redes sociales por su reacción el día de la pelea, batalla que de la emoción no tuvo la capacidad de ver en sus asaltos finales: “Mi mamá ha sido mi mamá y mi papá, y como es una mujer y mamá luchona, no fui un niño fácil. Me gustaba pelearme en la calle, era muy indisciplinado en la escuela, siempre era de joder y mis profes me regañaban, me daban lora y gracias a Dios hice las cosas bien”, comentó orgulloso.
Óscar trabaja fuertemente en lograr que la primera defensa de su título mundial sea en Cali: “Estamos tocando las puertas, hablamos con el ministro del deporte, la gobernadora, para que el pueblo vallecaucano y colombiano vean la defensa del título mundial y marcar la historia en nuestra tierra en un país futbolero”, habló el pugilista en Semana.
Kaboom planea grabar una película con su fundación, que se enfoca en niños de pocos recursos que buscan en el deporte salir de las dificultades y forjar campeones. Además es un hombre de familia, tiene cuatro hijos y quiere darle el mejor de los futuros a su familia, como lo hizo su mamá con gran esfuerzo: “Busco tener una buena vida para mis hijos y que mi historia quede en el registro del deporte colombiano. Pienso en retener el título y algún día tener una estatua que diga Óscar Rivas”, dijo.