Sin Neymar y sin Danilo por lesión, Brasil se enfrentaba este lunes al gran reto de encontrar soluciones en un banquillo repleto de figuras, pero que generaba dudas al no ser los habituales favoritos del cuerpo técnico encabezado por Tite.

En la previa, el estratega brasileño aseguró que tenía muchas alternativas y no le preocupaba la usencia de ‘Ney’, aún cuando han decidido darle todas las facilidades clínicas para que se recupere de su esguince de tobillo.

“Tenemos otros jugadores que están surgiendo de una generación impresionante. Tienen mucha serenidad y calma”, respondió en rueda de prensa al respecto del encargado de reemplazar al ‘10′.

Al final, la canarinha confirmó lo que ya era un secreto a voces en la prensa de ese país. Eder Militao fue el encargado de reemplazar a Danilo como lateral derecho, mientras que Lucas Paquetá tomo el lugar como eje de ataque, siendo a su vez reemplazado por Fred en la primera línea de volantes.

Lo curioso es que ese cambio impactó negativamente en el volumen ofensivo de Brasil, que ante Serbia había lucido a la mayoría de sus atacantes, mostrando los dientes desde el arranque de Qatar 2022. Pero esta vez le faltó pegada para concretar las pocas opciones de gol que tuvo en el primer tiempo a través de Paquetá y Richarlison, autor de los dos goles en el partido del viernes pasado.

Richarlison disputando un balón con Akanji, defensor central suizo | Foto: REUTERS

De cara a la segunda mitad, Tite mandó a la cancha a Rodrygo, delantero del Real Madrid, que en esta oportunidad hizo las veces de enlace por el medio, hasta que, minutos más adelante, entraría Bruno Guimaraes para asumir el rol creativo y liberar a los dos punteros del Real Madrid para explotar las bandas.

Esa fue la solución que finalmente le daría resultado al scratch camino a conseguir el primero a través de Vinicius Jr. El ‘20′ picó en profundidad y dejó regado al defensa para tener espacio y tiempo de definir a la salida del portero.

Hubo celebración y saltos entre los jugadores brasileños, pero el VAR les anularía el tanto minutos más tarde por una posición ilícita de Richarlison en el arranque de la jugada, de la que ni el línea ni el árbitro central se habían percatado. De ese modo regresó el 0-0 al marcador, obligando a Brasil a preocuparse nuevamente por los pocos minutos que le quedaban para conseguir la victoria y, de paso, la clasificación anticipada a octavos de final.

Al margen del gol anulado, Vini siguió siendo el mejor jugador de Brasil, explotando su velocidad por el costado izquierdo y poniéndole preocupaciones de más a la defensa de un equipo suizo que renunció a ir por el partido, viéndose superado por el favorito del grupo.

La impaciencia se apoderó de la verdeamarela, apoyada en Qatar por un montón de aficionados que empezaron a reclamar la falta de contundencia de cara al arco rival. Tite respondió mandando al campo a Gabriel Jesús, otro delantero más, para buscar romper el cerrojo de los europeos.

Sin embargo, el que lograría abrir el marcador sería Casemiro, quien, acostumbrado a pisar el área rival, quedó de frente al arco para rematar de volea y celebrar un golazo, esta vez sin ningún problema que les pudiera quitar la alegría.

Tras el gol, regresó la felicidad a las tribunas, donde los aficionados brasileños empezaron a saltar y a cantar, después de haber estado en silencio durante casi media hora, esperando que llegara el tan anhelado gol.

Con este triunfo (1-0), Brasil sella su clasificación a octavos de final y se suma a Francia como las únicas dos selecciones que ya tienen el tiquete listo. El otro clasificado del grupo todavía está por definirse en la última fecha, cuando Suiza enfrente a Serbia y Camerún haga lo propio ante los sudamericanos.