Novak Djokovic clasificó este viernes a los octavos de final del US Open que se celebra en Nueva York, luego de una maravillosa remontada de dos sets en los que el jugador agonizaba bordeando la eliminación de la competencia. El serbio se recuperó y venció milagrosamente a su compatriota Laslo Djerede.
Djokovic, que pelea por agrandar su récord de 23 trofeos de Grand Slam, atravesó todo un calvario para batir a Djere, número 38 de la ATP, por 4-6, 4-6, 6-1, 6-1 y 6-3 en un duelo que terminó a la una y media de la madrugada de Nueva York.
El astro serbio, que no ha perdido en una tercera ronda de Flushing Meadows desde 2006, jugará los octavos de final frente al croata Borna Gojo.
Tras levantar dos sets en contra en la tercera ronda del US Open, un exhausto Novak Djokovic aseguró que esta actuación es un contundente aviso a sus futuros rivales de que está listo para las grandes batallas.
Djokovic, de 36 años, atendió brevemente a la prensa tras culminar su espectacular remontada en cinco sets frente a su compatriota Laslo Djere, 38º de la ATP.
Sobre un balance del partido en el que la principal pregunta giraba en torno a cómo fue capaz de realizar ajustes a partir del tercer set para ganar el partido, el serbio se refirió: “Diría que fueron dos partidos diferentes, los dos primeros sets y los tres últimos. (Djere) Jugó muy bien. Honestamente, nunca lo había visto jugar así. Sentía la pelota muy bien. Todo estaba en su zona de golpeo, muy bien preparado tácticamente”.
Djokovic confesó además que solo pudo defenderse en los dos primeros sets, que podría y debería haber jugado mejor pero hay que reconocerle el mérito de haberle hecho sentir incómodo: “Le dije en la red que siga adelante porque jugando así ascenderá en la clasificación”, admitió.
El aprovechamiento de su ventaja mental en el tercer set fue inminente, sobre lo que declaró humildemente no estar seguro de tener una ventaja mental estando dos sets abajo: “Quizá cuando gané el tercero, sentí que había vuelto al partido, que lo tenía, pero él estaba luchando. Mantuvo la calma y la compostura, no mostró demasiadas emociones. Yo subí mi nivel y leí su juego un poco mejor y serví bien cuando lo necesité, especialmente en el quinto. El último juego fue angustioso, fue un alivio conseguirlo”.
Sin embargo, también dejó claras las expectativas sobre el mensaje que deben dejar este tipo de remontadas en los partidos frente a sus rivales: “Creo que el mensaje que se envía al resto de jugadores es que todavía soy capaz de jugar cinco sets por la noche. Remontar dos sets abajo siempre envía un mensaje fuerte a los futuros rivales. Al mismo tiempo, la verdad es que no quería estar en esta situación. Prefiero ganar en sets corridos. Espero poder volver a esa senda en el próximo partido”.
Djere, que nunca ha pisado unos octavos de Grand Slam, desplegó desde el principio un tenis valiente para júbilo de los casi 24.000 aficionados.
Viéndose dos sets abajo, Djokovic se tomó una larga pausa en el vestuario y se automotivó frente al espejo para afrontar una remontada que había logrado ocho veces en su carrera y una vez en el US Open, en las semifinales de 2011 ante Roger Federer.
“Tuve una charla de ánimo en el espejo”, reveló. “Estaba muy agitado y molesto con el resultado y el partido. Tuve que obligarme a levantarme”.
A la vuelta elevó su juego y se benefició de los primeros errores de Djene en momentos clave, que le facilitaron igualar el marcador.
En el último set se adelantó 5-2 y resistió pacientemente el último conato de resistencia de Djere hasta mantenerse vivo en su camino hacia el 24º título de Grand Slam.
Con información de AFP