Con un rotundo triunfo ante Karen Khachanov, el tenista noruego Casper Ruud se instaló este viernes en su primera final del Abierto de Estados Unidos y dio otro paso hacia el número uno mundial que se disputa con el joven español Carlos Alcaraz.

El triunfo de Ruud le agrega un grado más de presión a Alcaraz, que pelea a sus 19 años por su primer título de Grand Slam y por ser el líder de la ATP más joven de la historia.

Para el español, apropiarse de este histórico doble premio pasa por superar este viernes a la esperanza estadounidense Frances Tiafoe frente a su público en la pista central de Flushing Meadows (Nueva York), la mayor del mundo con 23.800 asientos.

El español Rafael Nadal, eliminado en octavos por Tiafoe, sí quedó el viernes sin esperanzas de regresar al número uno, que solo podía conseguir si tanto Ruud como Alcaraz caían en semifinales.

El liderato de la ATP quedó vacante en Nueva York tras la eliminación en octavos del ruso Daniil Medvédev, también vigente campeón del torneo.

En la primera semifinal, Ruud cumplió con su parte al batir a Khachanov por 7-6 (7/5), 6-2, 5-7 y 6-2. Este rotundo triunfo lo deja a las puertas de ser el líder de la ATP con el mayor salto de la historia, desde su actual número 7 del ranking.

El noruego se ganó también una segunda oportunidad de conquistar su primer trofeo grande tras ser arrollado en el pasado Roland Garros por Rafael Nadal en tres sets.

“Después de Roland Garros, por supuesto estaba muy feliz, pero al mismo tiempo era lo suficientemente humilde como para pensar que podría ser mi única final en un Grand Slam”, recordó Ruud. “No es fácil, pero aquí estoy, un par de meses más tarde, con una sensación que no se puede describir con palabras”.

Ruud, alumno durante años en la academia de Nadal en Manacor (Mallorca, España), ha superado este año su imagen de especialista en tierra batida, superficie en la que logró sus nueve títulos de la ATP, tres este año.

Este viernes, en la pista rápida de Nueva York, Ruud se sobrepuso a los nervios iniciales hasta derribar al peligroso Khachanov.

“Fue otro gran partido por mi parte”, se felicitó. “Creo que ambos estábamos un poco nerviosos al principio, con algunos breaks de ida y vuelta. Este partido era probablemente el más importante de nuestras carreras y, por supuesto, siempre habrá nervios”.

Khachanov, número 31 de ATP, disputaba sus primeras semifinales de Grand Slam a los 26 años, pero en la ronda anterior había demostrado que era un rival envenenado al superar un volcánico duelo con el australiano Nick Kyrgios.

Pero Khachanov, que había bombardeado a Kyrgios con 30 aces, no fue capaz de afilar su temible servicio (15 en todo el partido) y el imperturbable Ruud le quebró siete veces camino a su primera final en Nueva York.

Alcaraz ante la esperanza de Estados Unidos

En la segunda semifinal de este viernes –9 de septiembre–, Alcaraz tratará de aguar todas las ilusiones que ha generado en estas dos semanas el pujante Tiafoe, inesperado semifinalista desde su puesto 26 de la ATP.

Abatido el maestro Nadal, Tiafoe quiere ahora despedir al heredero Alcaraz aprovechando su irrefrenable confianza y el empuje de la ilusionada afición estadounidense, que no veía a un jugador local en semifinales de Nueva York desde Andy Roddick en 2006.

Hijo de emigrantes de Sierra Leona, Tiafoe es también el primer tenista negro en estas alturas del torneo desde que en 1972 lo hiciera Arthur Ashe, quien da nombre a la pista central de Flushing Meadows.

Alcaraz, campeón este año de los Masters 1000 de Miami y Madrid, tendrá que reponerse al esfuerzo de sus dos épicas victorias de esta semana ante Marin Čilić y Jannik Sinner, que se prolongaron hasta pasadas las dos de la madrugada de Nueva York.

El joven prodigio, semifinalista más joven del US Open desde la victoria de Pete Sampras en 1990, ha generado una conexión especial con la afición neoyorquina con su carisma y juego audaz, pero este viernes vivirá probablemente el otro lado frente a un rival estadounidense.

*Con información de la AFP.