Serena Williams salió a la cancha del Artur Ashe Stadium, en Nueva York, pensando en que podía ser su último partido como tenista profesional, luego que anunciara su retiro semanas atrás al terminar el US Open.
Por eso la noche fue especial. Miles de espectadores y medios de comunicación llenaron las graderías del recinto para presenciar el duelo ante la tenista serbia Lanka Kovinic, el cual podría ser el último de la estadounidense.
Ante esto, Serena se vistió para la ocasión. Al salir usó un vestido de la marca Nike, color negro, con incrustaciones de diamantes, hecho de seis capas, las cuales representaban los seis campeonatos ganados en Nueva York.
Para combinar su glamuroso vestido, Williams usó tenis que tenían en sus cordones oro macizo, además de llevar una incrustación de diamantes, la cual iba acorde con los 400 que tenía incrustados a mano en su vestido. Su hija no se quedó atrás. Olimpia, de 4 años, también lució un vestido negro como su madre y llevaba las trenzas que hicieron recordar las que usó Serena al ganar su primer US Open en 1999.
Incluso en la rueda de prensa habló sobre el outfit de Olimpia. “Le encanta usar las trenzas, ella es la que pide usar ese tipo de cosas. En realidad no fue idea mía y además ella estaba muy feliz cuando las tenía puestas, estaban perfectas para ella”, dijo sonriente la multicampeona estadounidense.
La noche fue perfecta para Serena, quien triunfó en dos sets y luego recibió la ovación del público, el cual tuvo un reconocimiento adicional creando con pancartas arriba la frase We Love You Serena, lo cual causó emoción en la deportista al finalizar el encuentro
“Primero que todo gracias a todos. Esto fue totalmente inesperado [...] Yo siempre salgo a la cancha a dar lo mejor de mí y siempre me he sentido cómoda en esta cancha, en frente de todos ustedes [...] Y sí, este público esta noche estuvo muy loco”, dijo Serena frente a sus fanáticos.
Serena también competirá en dobles junto a su hermana mayor, Venus, en lo que podría ser su último campeonato. “Es una decisión muy difícil. Cuando amas algo tanto, es muy difícil dejarlo”, reconoció una emocionada. “Ahora es el momento, tengo una familia y hay otros episodios en mi vida. Yo lo llamo evolución”, agregó.
Además, siguió manteniendo a la prensa en ambigüedad respecto al momento de su adiós. “He sido bastante vaga al respecto, ¿cierto? Voy a seguir así porque uno nunca sabe”, declaró.
El miércoles 31 de agosto, Williams afrontará un desafío mayúsculo en la segunda ronda ante la estonia Anett Kontaveit, número dos a nivel mundial.
De ahora en adelante, cada partido que dispute Serena en las canchas de Nueva York tendrán ese toque nostálgico y de cuestionamiento de si será el último de esta súper campeona del tenis mundial y ejemplo a seguir de miles de fanáticas alrededor del planeta. Sin lugar a dudas toda una estrella de este deporte que en alguna ocasión fue exclusivo para la gente de raza blanca.