O Rei Pelé estuvo exhibiendo la calidad de su fútbol la noche del 17 de julio de 1968 en el Estadio Nemesio Camacho El Campín de Bogotá.

El brasileño vino a la capital de Colombia con el Santos de Brasil a enfrentar en un amistoso a la Selección olímpica Tricolor, en un partido amistoso de preparación para las justas de México.

Con las gradas a reventar, el público estaba ansioso por ver al mágico futbolista y el partido dio inicio con el arbitraje de Guillermo ‘El Chato’ Velásquez.

Desde el principio, El Chato demostró su autoridad. A los 3 minutos del compromiso, Alfredo Arango, jugador de la Selección Olímpica de Colombia, anotó el primer gol. José Manuel Ramos Delgado, defensa de Santos, protestó un fuera de lugar. Acto seguido, el juez de línea, Roberto Rodríguez, levantó la bandera. Velásquez lo desautorizó y convalidó el gol para los cafeteros.

Lima, capitán del equipo de Pelé, también quiso mostrar su carácter y de inmediato reclamó al juez central agrediéndolo físicamente. Como en aquella época aún no existían las tarjetas rojas, que se estrenaron dos años después, en la Copa del Mundo, El Chato le pidió retirarse del terreno de juego y los ánimos se calentaron al punto que el juez le dio un golpe al jugador.

“Yo sé que no está bien responder una agresión. Pero quiero que me muestren en qué parte del reglamento dice que yo tengo que dejarme pegar”, dijo Velásquez a varios medios de comunicación presentes en el histórico momento.

Con el partido salido de las manos, del El Chato llegó un tiro de esquina. Pelé forcejeo con Luis Eduardo ‘Camello’ Soto en el área para evitar la marca. El 10 le reclamó al árbitro un penal y en ese momento todo se volvió un recuerdo histórico.

Guillermo Velásquez mandó a las duchas a Edson Arantes do Nascimento. Puños, patadas, la intervención de la policía, los chiflidos de la tribuna y toda una locura. Toda la delegación de Santos contra el encargado de impartir justicia.

“Yo hacía como unos 15 o 20 días había llegado de un torneo aficionado en Leticia, en la frontera con Brasil, con equipos de ese país, de Perú, Ecuador y Colombia. Allí fui a un sitio a ver bailar y lo primero que uno aprende de otro idioma son las groserías. ¡Pelé me las dijo todas, y yo se las entendí! Entonces le dije en brasileño: ‘usted está equivocado conmigo’, le señalé la salida y él se fue corriendo de la cancha”, recordó El Chato en 2010, en entrevista con El Tiempo.

Con un ojo visiblemente afectado, El Chato fue llevado al camerino ubicado en la tribuna occidental de El Campín y Omar Delgado, juez de línea, tomó el lugar del central y terminó de pitar el juego.

Como si no fuera poca esa locura, Mario Canessa, espectador, bajó a la cancha y se tomó el papel de juez de línea con vestido de saco y corbata.

El público exigió el regreso del Rey al campo, en un encuentro que Santos acabó ganando 2-4. Velásquez demandó penalmente a la delegación de Santos por la agresión y recibió $ 18.000 pesos de parte de los brasileños como indemnización y 25 días de incapacidad.

Pelé le aseguró a Germán Castro Caycedo, cronista del periódico El Tiempo, que esa era la tercera expulsión de su carrera. “La primera fue ocho años atrás, y la segunda, hace siete, ambas en Brasil. Lo de anoche, después de todo, no tiene importancia. Hubo razón de ambas partes”, agregó.

Hoy en el cielo se reencuentran Pelé y el Chato que murió a sus 83 años el 26 de junio de 2017 en Medellín, Antioquia.