Cuando más complicado se presentaba el panorama para Millonarios, apareció la magia de sus mejores hombres para dar vuelta a la serie de Fase 2 en Copa Libertadores ante Universidad Católica.
Este jueves –2 de marzo–, el equipo bogotano estaba obligado a ganar sí o sí para seguir con vida, pero las cosas se le complicaron en la primera parte al irse en desventaja con un penal en contra bastante polémico, luego de una mano de Daniel Giraldo.
Por fortuna de los azules, Leonardo Castro y Daniel Cataño aparecieron en la segunda mitad para revertir el marcador y encaminar la serie en Bogotá. Ambas anotaciones en el segundo tiempo demostraron el poderío individual de una nómina amplia, misma que fue diseñada para no desfallecer en competencias como estas y que no defraudó, aunque con resultado ajustado con un rival que era bastante inferior en el papel.
Leonardo Castro, quien arribó en este 2023 a los azules como la gran apuesta de gol, fue el que puso el 1-0 parcial. Un tanto que tuvo el sello del capitán, David Macalister Silva, quien tomó las riendas como creativo y fue llevando con paciencia los hilos de la jugada hasta el pase a Cortés; allí, la joven figura de la selección Colombia Sub-20 jugó a una sola intención para que el anotador final dejara en el camino al potero rival y, con el arco a su disposición, marcara un gol crucial, además, del primero vestido de embajador en instancias internacionales.
Con la ilusión revivida por el pase a la siguiente ronda, el cuadro bogotano jugó aún más suelto y dejó desplegar la magia a los más calidosos. Entre ellos, Daniel Cataño, ese jugador que semanas atrás sufrió un golpe por parte de un hincha del Deportes Tolima, ahora disfrutó de las mieles de una anotación que quedará en la historia del equipo colombiano en el certamen internacional, por haber dado el paso a la siguiente ronda. El volante pudo tener un rebote entrando al área y no dudó para desenfundar un remate de pierna derecha, que ‘fulminó’ el pórtico de su rival.
Alentado por unas 30.000 personas, Millonarios buscó la puerta desde el pitazo: el talentoso Cataño se metió en campo rival cuando los rivales apenas se acomodaban y sacó un remate de media distancia que se fue alto.
Para el minuto 10 los dirigidos por el colombiano Alberto Gamero ya acumulaban un puñado de llegadas, pero ninguna con suficiente peligro para inquietar al golero Darwin Cuero.
Tras el sacudón de los primeros minutos los ecuatorianos encontraron el balón y buscaron pases a espaldas de los laterales de Millonarios, ambos de arranque nervioso en el juego.
En una de sus aventuras por la banda izquierda, el panameño Ismael Díaz, el más peligroso de la Chatoleí, desacomodó a la defensa local y abrió espacio para un centro al área que golpeó en la mano del mediocampista embajador Daniel Giraldo.
El árbitro argentino Facundo Tello sancionó el penal y el propio Díaz se encargó de abrir el marcador de la serie, al minuto 38 del juego de vuelta.
Pero el tanto no trajo ninguna tranquilidad a los ecuatorianos, que entraron en una seguidilla de jugadas violentas que terminó con la expulsión del central Franklin Guerra por doble tarjeta amarilla al filo del descanso.
Tras la expulsión, algunos hinchas locales lanzaron objetos desde la tribuna a los jugadores del Trencito y Tello se vio obligado a hacer una pausa en el juego.
El equipo capitalino ahora disputará un cupo a la fase de grupos de la Libertadores ante el brasileño Atlético Mineiro, que superó al Carabobo de Venezuela por un global de 3-1. La llave de la tercera fase arranca la próxima semana en Bogotá.