El Benfica empató este miércoles frente al Ajax de Ámsterdam (2-2) en el choque de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, un partido que deja todo abierto para la vuelta en la capital neerlandesa después del empeño de los portugueses que fueron a buscar la remontada.
El detalle controversial llegó tras el empate de los locales, obra del ucraniano Roman Yaremchuk que se quitó la camiseta y mostró el escudo de Ucrania en apoyo por lo que, hasta ese momento, era una amenaza desde el gobierno ruso.
El equipo de Nelson Veríssimo tiró de orgullo e incluso mereció mejor suerte en la segunda parte, en la que el Ajax apenas gozó de ocasiones y decidió defenderse conservando el balón. Sin embargo, la eficacia del campeón de Países Bajos fue letal para el cuadro luso, que deberá buscar el triunfo en el Johan Cruyff Arena dentro de tres semanas.
El Ajax fue quien golpeó primero tras una pérdida absurda en la salida del balón portugués. Noussair Mazraoui aprovechó el regalo y centró medido a Tadic, que definió con maestría al palo más alejado. El derechazo ―más colocado que potente― hizo reaccionar a un Benfica que tardó muy poco en encontrar argumentos.
Uno de ellos fueron los centros al área y los balones a la espalda de la zaga adelantada del Ajax. En uno de estos estuvo cerca de empatar Darwin Núñez y, en la jugada posterior, llegó el 1-1 en botas de Jan Vertonghen tras un triple remate que acabó introduciendo Sebastien Haller en su propia portería. El central belga no celebró el tanto por su pasado en el club de Ámsterdam.
El partido enloqueció por momentos y los de Erik ten Hag se encontraron bien a gusto. Tanto, que volvieron a ponerse por delante con un remate en segunda instancia del propio Haller, que se desquitaba así del autogol reciente. El 1-2 al descanso dejó noqueado a los portugueses hasta bien entrada la segunda parte.
Pero fue ahí cuando el estadio Da Luz y el equipo lograron una conexión única para comprometer al Ajax en cada jugada. El empuje y el empeño acabaron teniendo premio a 18 minutos para el final con un remate, tras un rechace a disparo de Gonzalo Ramos, del delantero ucraniano Roman Yaremchuk.
El Benfica no se detuvo y buscó el tercero, pero el Ajax también sacó el colmillo marcando territorio en los minutos finales. De hecho, en el descuento, los neerlandeses pudieron haberse llevado la victoria con un disparo arqueado de Anthony Santos. Finalmente, el 2-2 ya no se movió y todo quedó abierto para la vuelta en Ámsterdam el 15 de marzo.
Recordando que la Uefa prohíbe mensajes políticos en sus competencias internacionales, el gesto de Yaremchuk podría ser castigado con una sanción para el jugador y el equipo, algo que sin duda generaría fuertes críticas por parte de los futbolistas ucranianos que han condenado los ataques rusos en su país.
“Soy ucraniano y estoy orgulloso de eso. Estando a miles de kilómetros de mi país natal, quiero apoyar a todos los que ahora están en tensión en su tierra natal, ahora es el momento de unirnos”, escribió Yaremchuk horas después en su cuenta de Instagram. “Este es nuestro país, nuestra historia, nuestra cultura, nuestra gente y nuestras fronteras. Me gustaría dar las gracias a nuestros defensores por su valentía. Gloria a Ucrania”, sentenció.
En principio, la confederación europea solo sancionaría con una multa a Yaremchuk por la camiseta alusiva a su país, no obstante, el caso estará bajo investigación al considerarse un caso grave por la trascendencia internacional del conflicto entre ambos países.
Con información de Europa Press.