Tras caer ante los Boston Celtics (116-100) en el tercer partido de las Finales de la NBA, los Golden State Warriors se encontraban en vilo el miércoles por un fuerte golpe sufrido por su estrella, Stephen Curry, quien después trató de restar importancia a la lesión.

“Estaré bien”, declaró Curry ante la prensa en el TD Garden de Boston. “Obviamente (estoy) con algo de dolor, pero estaré bien. Vamos a ver cómo se siente mañana y (prepararnos para) estar listos el viernes” para el cuarto partido de la eliminatoria.

A cuatro minutos del final, Curry peleaba en el suelo por un balón dividido con Al Horford cuando el pívot dominicano (2,06m de altura) cayó encima de su pierna izquierda, lo que le hizo retorcerse de dolor en la pista.

“Es un cuerpo grande, obviamente. No he visto la jugada, así que no sé si se podría haber evitado o no”, señaló Curry, que volvió a liderar la ofensiva de Golden State con 31 puntos. “Solo quieres sacar el pie de ahí. Eso es todo lo que intentaba hacer en ese momento, sabiendo la posición en la que estaba”.

Curry se mantuvo en pista dos minutos más, emitiendo varios gestos de dolor, hasta que el técnico Steve Kerr lo retiró al banquillo ante la amplia diferencia en el marcador a favor de los Celtics.

Para los Warriors, que están en desventaja 2-1 en esta eliminatoria al mejor de siete partidos, la presencia de Curry es vital para el cuarto partido del viernes de nuevo en el TD Garden de Boston.

“Veremos cómo responde. No hay mucho más que decir. No siento que me vaya a perder un partido. Aprovecharé estas próximas 48 horas para prepararme”, afirmó Curry, quien promedia 31,3 puntos, 6 triples y 3,7 asistencias en los primeros tres partidos de estas Finales.

“Le necesitamos”

El base, de 34 años, señaló que la jugada resultó similar a otra lesión sufrida ante los Celtics, que le tuvo de baja desde mediados de marzo hasta el inicio de estos playoffs.

En aquella ocasión, Curry sufrió un esguince en el pie izquierdo al ser arrollado por el escolta Marcus Smart cuando ambos peleaban por un balón dividido, en una acción que Steve Kerr recriminó después al jugador de los Celtics. “Es lo mismo, pero no tan malo”, aseguró Curry. “Espero que responda bien en los próximos dos días”.

Su socio Klay Thompson recalcó que la presencia del base es crucial para las posibilidades de los Warriors de remontar la serie. “Le necesitamos si queremos ganar esto”, dijo Thompson. “Sé que Steph va a hacer todo lo que esté en su mano para jugar”.

“Realmente espero que esté bien porque él es nuestra identidad, y sin él, será muy difícil”, reconoció el escolta, que junto a Curry condujo a los Warriors a jugar cinco Finales seguidas entre 2015 y 2019 y ganar tres anillos.

La tarea para remontar la serie no será fácil, pues los Celtics elevaron el nivel de intensidad respecto al segundo partido del domingo, cuando fueron demolidos por un devastador parcial de Golden State de 35-14 en el tercer cuarto.

Jaylen Brown, uno de los objetivos de las provocaciones de Draymond Green, dominó esta vez el duelo personal desde su fabuloso arranque de partido, con 22 puntos al descanso.

Jugando con una lesión de rodilla, el joven pívot Robert Williams III aportó 8 puntos, 10 rebotes, 3 robos y 4 tapones y fue clave para el abrumador dominio de los Celtics en la pintura (52 puntos por 26 de Golden State).

Los Celtics dominaron por completo el juego salvo en el inevitable acelerón de los Warriors en el tercer cuarto, con espectacular parcial de 17-3, incluyendo 7 puntos en una sola posesión, producto de un triple de Curry y una falta flagrante que les dio tiro libre y posesión para otro lanzamiento de tres.

*Con información de la AFP