“¡Welcome Ronaldo!”. Los aficionados al fútbol de Irán recibieron a lo grande a la leyenda del Al Nassr, que se enfrenta al local Persépolis Teherán, un duelo posible gracias al acercamiento diplomático entre Irán y Arabia Saudita.
Sonriente, Cristiano Ronaldo y sus compañeros fueron recibidos por los gritos de alegría de decenas de fans iraníes a su salida en bus del aeropuerto Imán Jomeiní.
CR7, de 38 años, recibió como regalo una lujosa alfombra persa por parte del presidente del Persépolis. Lo que hizo que este regalo fuera aún más especial es que la alfombra tenía su nombre impreso en ella, y se estima que su valor asciende a miles de euros. Esta imagen habla por sí sola acerca del impacto que ha tenido la presencia de jugadores de la talla de Cristiano Ronaldo en suelo iraní.
Grandes banderas con el mensaje ‘Welcome’ y la imagen de la leyenda portuguesa fueron colgadas en los puentes de la autopista de la inmensa capital iraní, poco habituada a recibir iconos internacionales debido al aislamiento diplomático del país.
“¡Es muy emocionante!”, se entusiasma Navid Borhanifar, un fan de Ronaldo de 28 años. Dice que espera “un bonito partido entre las estrellas del Al-Nassr y el Persépolis, que tiene jugadores experimentados”.
Desafortunadamente, no habrá hinchas el martes en el estadio Azadi, el más grande del país con 90.000 plazas, debido a una sanción de la Confederación Asiática (AFC) tras la publicación en 2021 de un post controvertido en la página Instagram del Persépolis.
El partido, a puerta cerrada, sí será emitido por la televisión.
Hasta que comience el duelo, los jugadores del Al-Nassr estarán vigilados por una “unidad de élite” de las fuerzas de seguridad, especializadas en los viajes presidenciales, según la página deportiva Varzesh 3.
Entre sus cometidos, “impedir todo contacto entre los hinchas y los jugadores” del equipo saudita, precisa la web.
Recuperación de relaciones
El partido se encuadra en el comienzo de la Liga de Campeones de Asia, en la que los clubes sauditas aparecen ahora como favoritos tras los importantes fichajes realizados en la última ventana.
Al-Nassr rodeó a Ronaldo, fichado a principios de año, con el senegalés Sadio Mané y el marfileño Seko Fofana.
El equipo saudita jugará además con el aliciente de vengar su derrota en las semifinales de la competición en 2020 ante el Persépolis.
Club con más títulos y seguidores en Irán, el Persépolis fue dos veces finalista de la competición continental, en 2018 y 2020, mientras que Al-Nassr la ganó en 1995.
El partido tiene además una importante dimensión diplomática porque opone a un club saudita y a otro iraní en un terreno ‘parcial’ y no neutro, como fue el caso en los últimos siete años.
El lunes por la noche, otro club saudita, Al-Ittihad, recibirá a una formación iraní, el Sepahan, en Riad.
La AFC aprobó estos partidos en agosto, cinco meses después del acuerdo de recuperación de relaciones entre los dos pesos pesados del Medio Oriente, cerrado en marzo con China como mediador.
Arabia Saudita, de mayoría sunita, e Irán, de mayoría chiita, habían roto sus relaciones en 2016 tras el ataque de las misiones diplomáticas sauditas por parte de manifestantes iraníes que protestaron contra la ejecución por parte de Riad de un religioso chiita.
La AFC había encontrado un acuerdo, calificando la época de “muy desafortunada”, que permitía a los equipos de los dos países enfrentarse en terreno neutro.
Con información de la AFP.