El París Saint-Germain terminó este lunes su pretemporada de amistosos en territorio asiático con una nueva goleada, antes de regresar a Francia, donde buscarán el primer título en la Supercopa frente al Nantes. El viaje de estrellas como Lionel Messi, Neymar, Kylian Mbappé y Sergio Ramos a Japón ha sido todo un éxito, aunque no sobraron ‘encontronazos’ que trajeron a la memoria los partidos en que fueron rivales.
Durante uno de los entrenamientos previos el juego frente a Gamba Osaka, Messi terminó cara a cara con Ramos como si se tratara de un Real Madrid vs. Barcelona en antaño. El argentino tomó la pelota y regateó al español, que le soltó una ‘patadita’ suficiente para desequilibrarlo.
Messi definió y marcó el gol, pero luego se devolvió hasta el lugar donde se encontraba Ramos para recriminarle por su acción. El central trató de calmarlo con un golpe en la espalda, pero la discusión se fue calentando con el paso de los segundos.
Después se reencontraron sobre la medialuna del área, dejando claro que el rosarino no había aceptado las disculpas inmediatamente. Fue entonces cuando Ramos lo tomó del brazo y trató de explicarle, recibiendo otra respuesta negativa por parte del delantero.
Con la tensión en el aire, el entrenamiento continuó sin problemas, pero los aficionados presentes en el estadio siguieron cada movimiento de Messi y Ramos, quienes se encontraron en un par de jugadas posteriores sin consecuencias por lo sucedido inicialmente.
Temporada de reconquista
Tras una primera temporada parisina lejos de su nivel, Lionel Messi espera volver a ser determinante y alejar el espectro del declive con un doble objetivo: ofrecer al PSG el sueño de la Liga de Campeones y tener el éxito anhelado en su último desafío con Argentina, en el Mundial-2022.
Cuando entra en el segundo y último año de su contrato con el club de la capital francesa (que tiene también una temporada suplementaria como opción), el argentino sabe que el tiempo corre en su contra para dejar una huella indeleble de su paso por París. Hasta ahora, los aficionados del equipo francés han visto a un irreconocible Messi, considerado como uno de los mejores jugadores de la historia.
Con once goles y catorce pases decisivos en 34 partidos, entre todas las competiciones, el balance es flaco para el septuple Balón de Oro y es grande el contraste entre las expectativas suscitadas por su llegada triunfal en el verano de 2021 y su rendimiento sobre el terreno. A sus 35 años, ¿está Messi acabado? A esta pregunta debe responder la superestrella en el curso de este ejercicio.
Contrario a Neymar, cuyo estilo de vida parece no gustar a los dirigentes, el argentino se ha podido beneficiar de una cierta indulgencia debido a su marcha precipitada del club catalán, donde pasó la casi totalidad de su vida de futbolista antes de desembarcar en París.
Pero sabe que esa indulgencia no durará eternamente. Para evitar que su paso por el club francés no se convierta en un fiasco, Messi debe reencontrar todo su esplendor. Es también una de las misiones del nuevo entrenador, Christophe Galtier, colocar al astro argentino en la mejor disposición, al lado de las otras dos estrellas parisinas, Kylian Mbappé y Neymar. Una tarea que su predecesor argentino Mauricio Pochettino no llegó a lograr.
Este paso por Japón al menos funcionó para verlos de nuevo en acción y corroborar que el apetito goleador sigue inherente a las figuras. La pretemporada del PSG en territorio asiático se despidió este lunes con un contundente 6-2 sobre el Gamba Osaka, gracias a los goles de Pablo Sarabia, Neymar (2), Messi, Nuno Mendes y un penal de Mbappé para sellar la goleada con la que regresarán a París en las próximas horas.
Con información de la AFP.