El Parque de los Príncipes recibió a sus jugadores con silbidos, a excepción de Kylian Mbappé —cuyo nombre fue aclamado—, este domingo antes de partido de la Ligue 1 ante el Girondins de Burdeaux, el primero después de la dolorosa eliminación en Madrid en Liga de Campeones.

Las mayores andanadas de silbidos fueron dedicadas a Neymar y a Lionel Messi, decepcionantes contra el Real Madrid (3-1) el pasado miércoles en la vuelta de octavos de Champions. El entrenador argentino Mauricio Pochettino tampoco se libró de los silbidos del público.

Cuando el speaker lanzó, como es habitual, los nombres de los jugadores, solo una pequeña parte del público coreó los apellidos. La mayoría se decantó por los silbidos. Solo Kylian disfrutó de un sonoro “¡Mbappé!”.

La curva de Auteuil, que alberga a los más fervientes seguidores del PSG, solo estaba parcialmente ocupada al inicio del partido. Esta tribuna también coreó un cántico insultante en lugar del tradicional ‘Allez París Saint-Germain’ (Vamos París Saint-Germain).

El sábado, en un comunicado titulado ‘Dirección dimisión’, el Colecivo Ultras París (CUP) hacía un llamado a “mostrar nuestro descontento, y pedimos a todos los que quieren a club que se unan a nuestras acciones sin violencia”.

En los primeros compases del partido, Neymar fue abucheado en cada balón que tocó e incluso una falta sobre él fue celebrada por una parte del público. Auteuil insultó después al brasileño.

Cada vez que Messi tocaba la pelota, la afición local lo abucheaba, como si se tratara de un jugador visitante. Ese recibimiento hostil hizo que Neymar no celebrara el gol que marcó en el segundo tiempo y, por el contrario, golpeara la red con frustración, antes de chocar las manos con sus compañeros de equipo.

Gianluigi Donnaruma, el gran señalado por aquel error en el primer gol de Benzema, tuvo que ver el partido desde el banquillo, permitiendo que el costarricense Keylor Navas estuviera bajo los tres palos.

El partido terminó 3-0 gracias a los goles de Mbappé al minuto 24, Neymar al 52 y el argentino Leandro Paredes sobrepasada la hora de juego. Con este triunfo, el París Saint Germain llega a 65 puntos en una Ligue 1 casi decantada a su favor.

¿Vendrán decisiones?

Tras la eliminación en Champions, la molestia de Nasser Al-Khealifi, presidente del PSG, protagonizó la portada de los medios en Europa, sin embargo, la continuidad de varios referentes del equipo e incluso el cuerpo técnico, está en entredicho.

Mbappé termina contrato a mitad de año y tiene pie y medio en el Real Madrid, Neymar entraría al mercado por decisión de los jeques, Pochettino saldría para dejar su lugar a un técnico de más renombre y Messi tendría que continuar por contrato, más que por decisión personal.

“Estamos decepcionados, no solamente nosotros, sino todos, los jugadores, los miembros del club, ha sido un palo fuerte, unos días duros”, había dicho el DT en nombre de sus dirigidos, antes de este partido frente al Burdeaux.

A título personal, el argentino se mostró “jodido, porque en el análisis del partido tanto aquí en París como los primeros 60 minutos en Madrid el equipo ha sido superior, y la forma en que se nos escapa la eliminatoria es algo que jode, que te deja jodido y es difícil de sacarlo, un malestar que te hace difícil dormir de noche”, reconoció.

Aunque Pochettino afirmó que entiende “la decepción de los aficionados”, apeló a la “responsabilidad de terminar la temporada de la mejor manera, sabiendo que tenemos que ganar el título”.

“Todo el equipo está sufriendo enormemente esta decepción, la motivación interna de cada uno tiene que estar al servicio del equipo para seguir adelante”, indicó el técnico argentino, que recordó el reto de conquistar el 10º título liguero del PSG en 50 años de su fundación.

Con información de la AFP.